Dossier

Revista de Humanidades Nº 48: 11-17 ISSN: 07170491 • DOI: 10.53382/issn.2452-445X.750

Presentación

 

Residuo y futuro. Imaginación del territorio en la literatura y el cine en Chile y Latinoamérica. 1980-20201

 

 

Luis Valenzuela Prado y Juan José Adriasola

Coordinadores

 

 

La novela y el cine son testigos y articuladores de representaciones que permiten imaginar el presente, teñidas con la persistencia de un pasado vital y vigente, como también de las imágenes de futuro que lo habitan y lo abren a la transformación. En estos últimos cuarenta años surgen en Chile y Latinoamérica novelas y películas que trabajan la imagen de un territorio en que los sujetos que lo habitan se descubren y se articulan forzosamente en relación con los modos y formas de vida neoliberales. Ajustes y desajustes vitales, fluidos o trabados, cuya representación insiste en el desarrollo de un presente incómodo, que evoca la imagen dialéctica del ángel de la historia benjaminiano. Presente incómodo en cuyo desarrollo se juegan simultáneamente preguntas por el pasado, sus residuos y vestigios, y por el futuro, sea en la clausura o la potencia de su proyección.

El discurso y el modelo neoliberal que atraviesan los últimos cuarenta años de la historia de Chile, y también de otros países latinoamericanos, traza el mapa de ruta de un discurso que privilegia el mercado, el consumo, las privatizaciones, la competencia, todo lo que repercute en las vidas de los/as sujetos, consumidores/as o ciudadanos/as. El neoliberalismo recurre, por un lado, a la “potencia del vitalismo emprendedor”, mientras que las “formas de vida se reconocen en una especie de impotencia que antecede a cualquier potencia” (Sztulwark); pero por otra, fragua su fobia al síntoma, sea la diferencia sexual, racial o de clase, y al horror ante las subjetividades de la crisis (69). El modo de vida –manera maquinal de vivir en relación con el mercado– se opone a la forma de vida, en tanto cuestionamiento o pregunta que desvía la norma, mediante la politización del síntoma (64) y su vínculo con la sintomatología neoliberal. Las formas y modos de vivir o habitar el mundo repercuten en el caso chileno. Se trata de ajustes –y desajustes– sociales y económicos experimentados durante la implementación del modelo económico en la dictadura y su posterior asentamiento durante la transición. Quienes pueden decir algo en este espacio común neoliberal, asumen la política, referida “a lo que vemos y a lo que podemos decir, a quien tiene la competencia para ver y la cualidad para decir, a las propiedades de los espacios y los posibles del tiempo” (Rancière 20), en estrecha relación con lo que Rancière describió como “sistema de evidencias sensibles que permite ver al mismo tiempo la existencia de un común y los recortes que definen sus lugares y partes respectivas” (19). Por su parte, ante la pregunta de “cómo llevar una buena vida en medio de una mala vida”, Judith Butler sostiene la idea de una acción colectiva por sobre una individual:

 

Si existe lo que podríamos llamar dos vidas –mi propia vida y la buena vida, entendida como una forma social de la vida–, entonces la vida de uno está implicada en la otra. Y esto significa que, cuando hablamos de las vidas sociales, nos estamos refiriendo a la manera en que lo social atraviesa lo individual, o a cómo se establece la forma social de la individualidad. (214-5)

 

La discusión en torno a la fuerza histórica del residuo que propone Raymond Williams nos enfrenta hoy ante el devenir como residuo material y humano de la modernidad y la globalización (Bauman), residualidad que cruza, con diferentes formas, cada uno de los momentos de desarrollo neoliberal, tanto desde nuestro territorio, como desde una perspectiva global. Se trata de ciertas “zonas residuales, inestables”, que Nelly Richard lee como desplazamiento de la “fuerza de la significación hacia los bordes más desfavorecidos de la escala de valores sociales y culturales, para cuestionar sus jerarquías discursivas desde posiciones laterales y descentramientos híbridos” (11). Hablamos, así, de “restos, excedentes y basuras” que, según Adriana López-Labourdette, Isabel Quintana y Valeria Wagner, se abren paso en y desde la novela y el cine, en lo que podríamos entender como una gestión literaria y estética del residuo, que trabaja su destino como reducción y apartado, bajo la forma de una política de lo residual. Reutilización, recirculación y proyección de sus sentidos estéticos e históricos; pregunta por el futuro desde la materialidad del desecho, su potencia pasada y presente.

En relación con el futuro, temporalidad desplazada y no acontecida, es, según Franco Berardi, la experiencia presente de potencia, de la transformación de la posibilidad en realidad, de la futurabilidad. Luz Horne observa en los “los futuros menores” la posibilidad de un retorno que cuestiona y tensiona, y que viene a “decirnos que no había un tiempo científico tan lineal ni tan medible; que no éramos tan modernos como pensábamos” (39). El futuro se manifiesta como una perturbación del presente que disloca el porvenir, un presente donde se oscila entre esperanza y desesperanza (Žižek). Al pensar el futuro como arqueología desde la ciencia ficción (Jameson), resulta relevante revisar las certezas y las dudas que traza el presente en el futuro y, a la inversa, revisar los territorios imaginarios y las formas y los modos de vida presentes en la novela y el cine, para, luego, reflexionar, leer y articular una crítica desde la imagen dialéctica de lo que está por venir. Un abanico de preguntas y problemas que desborda, a la vez que describe la complejidad de las experiencias que entretejen estas temporalidades.

El presente dossier se hace cargo de discusiones críticas en torno al cine y la literatura que emergen en Chile y Latinoamérica en el marco neoliberal. El artículo de Francisco Simón, “Cuerpos migrantes y colonización de género: subjetividades trans en Dramas pobres de Claudia Rodríguez y el filme Naomi Campbel”, parte de las dificultades suscitadas por el reconocimiento social y jurídico de las personas trans, para examinar el problema del lugar que ocupa este tipo de subjetividad hoy. En esa línea, las obras analizadas apelan a la “migrancia como un tropo para simbolizar la transición de género” y “representan la voz de mujeres trans cuyas subjetividades se conforman en virtud de la extranjería que implica habitar un cuerpo indócil de documentar según las exigencias dicotómicas del Estado”. Las mujeres trans de Dramas pobres y Naomi Campbel habitan el “entrelugar de la migrancia sexo-genérica” y, en esa línea, Francisco Simón se interesa por “conocer cómo estas sujetos narran sus trayectorias de vida, cómo simbolizan sus procesos de transición y cómo se vinculan con el repertorio de imágenes femeninas que les proporcionan los medios audiovisuales”.

Por su parte, Magda Sepúlveda, en el artículo “Admiramos la foto de un hombre blanco. Entrada y salida del racismo en Chile según Perro bomba”, propone que la película presenta un relato antirracista, no solo al denunciar la discriminación en Chile, “sino porque exhibe y valora el patrimonio haitiano desarrollado en el país de acogida”. En ese sentido, Perro bomba visibiliza en el espacio público, “las culturas haitianas que se están desarrollando en Chile”. A partir de Didi-Huberman, Sepúlveda sostiene la idea de un relato que no ilustra un referente, sino que produce una crítica, las imágenes como actos e ideas. La negritud y el patrimonio involucran, para Sepúlveda, “una estética decolonizadora” de la película, al colocar en un lugar central lo que es despreciado comúnmente “por la hegemonía tradicional blanca”.

Luego, Carolina Urrutia Neno, Catalina Ide y Fernanda Lagomarsino, en el artículo “Batallas perdidas. Realismo, capitalismo e infancia en el cine latinoamericano contemporáneo”, sostienen que el cine contemporáneo (Chile y México) tensiona y desborda las relaciones con el realismo cinematográfico, a partir de conflictos sociales y políticos. Desde ese lugar, Urrutia, Ide y Lagomarsino atienden a la representación de una infancia “en la que reside una condición residual, de exclusión y de abandono”, marcada por el neoliberalismo, la idea de progreso y la globalización. En ese sentido, en Noche de fuego (Tatiana Huezo), Mis hermanos sueñan despiertos (Claudia Huaiquimilla) y Los lobos (Samuel Kishi), los menores de edad que las protagonizan están sujetos al contexto condicionado por el narcotráfico y la violencia, la migración y la desterritorialización de sujetos indocumentados, la marginalidad y la pobreza. Se trata de experiencias que afectan tanto a México como a Chile “de modo local, pero también como región con altos índices de pobreza y subdesarrollo”.

A continuación, Agnese Codebò, en el artículo “Residuos tóxicos y creación de comunidad en la pampa sojera: contextualizando Noxa (2016) de María Inés Krimer”, presenta la relación y la función entre los residuos y la literatura argentina, específicamente desde el “funcionamiento del residuo tóxico” en Noxa. A partir de la lectura de esta novela que da cuenta de los “efectos del cultivo intensivo de la soja transgénica”, propone que los “residuos funcionarían no solo como entidad nociva, contaminadora del ambiente y de la salud humana, sino más bien como catalizadores de denuncia, verdad y creación de comunidad”. En síntesis, ofrece un análisis de la relación entre toxicidad, residuo y cuerpos en la contemporaneidad.

Después, María Teresa Johansson, en el artículo “Figuras y locus de la depredación: el realismo delirante en Tierra Amarilla de Germán Marín”, afirma que la escritura y la narrativa de Marín se iterna en un presente histórico donde, primero, explora y reconoce tópicos, imágenes y hablas particulares, y, luego, “subvierte los límites entre lo referencial y lo ficcional mediante formas narrativas que extreman las posibilidades de la autoficcionalización irónica y la integración de material documental sobre un presente aquejado por la memoria posdictatorial”. La autora propone leer en Tierra Amarilla un “espacio regional no representativo”, experimentado desde “circunstancias límites de crisis y de violencia que acaban dislocándolo y destruyendo su integridad”. Se trata, entonces, de “una nueva modulación” de la crítica que Marín hace a la posdictadura chilena “con una estética afín a las tendencias de los nuevos realismos o ‘literaturas reales’, esta vez, situada en el territorio regional”.

Finalmente, Sebastián Figueroa, en el artículo “Surire de Perut+Osnovikoff: observando el fin del mundo en la piel del desierto”, analiza el documental tanto para identificar “la violencia que afecta a las comunidades humanas y no humanas del salar”, como para “llamar la atención sobre sus estrategias de supervivencia y resistencia”. Figueroa trabaja la categoría de inmundo, de Jens Andermann, en tanto zonas de exclusión/extracción en las que se experimenta el evento del fin del mundo. Así, apunta a las alianzas que se constituyen en la comunidad, personas y animales para responder “a la amenaza del extractivismo y la catástrofe ambiental”.

Residuo y futuro son leídos desde una imaginación articulada en los espacios de tránsito de la migrancia sexo-genérica; en el relato antirracista que visibiliza el lugar despreciado de la migración; en el conflicto social y político marcado por el narcotráfico, la migración, la marginalidad y la pobreza; en la residualidad tóxica y política que afecta a la comunidad y las estrategias de supervivencia de ciertas zonas de exclusión y de extracción o en las formas de depredación y violencia. Así, la crítica que emerge de las lecturas incluidas en este dossier se orienta a desmadejar experiencias y discursos que orientan un modo de vida y de representación política en la forma del neoliberalismo. La articulación desde ficciones literarias y cinematográficas opera proyectando problemas, preguntas y representaciones que imaginan en paralelo salidas posibles para las comunidades afectadas y espacios de disputa, que demarcan y tensionan los territorios en crisis.

 

 

Bibliografía

 

Bauman, Zygmunt. Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias. Barcelona: Paidós, 2013.

Benjamin, Walter.Sobre el concepto de historia”. La dialéctica en suspenso. Fragmentos sobre la historia. Santiago: Lom, 2009.

Berardi, Franco. Futurabilidad. La era de la impotencia y el horizonte de la posibilidad. Buenos Aires: Caja Negra, 2019.

Butler, Judith. Cuerpos aliados y lucha política. Hacia una teoría performativa de la asamblea. Bogotá: Paidós, 2017.

Horne, Luz. Futuros menores. Filosofías del tiempo y arquitecturas del mundo desde Brasil. Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2021.

Jameson, Fredric. Arqueologías del futuro. El deseo llamado utopía y otras aproximaciones de ciencia ficción. Madrid: Akal, 2009.

López-Labourdette, Adriana, Isabel Quintana y Valeria Wagner. “Introducción restos, excedentes, basura: gestiones literarias y estéticas de lo residual en América Latina y El Caribe”. Revista Mitologías hoy, vol. 17, 2018, pp. 9-13.

Rancière, Jacques. El reparto de lo sensible. Estética y política. Buenos Aires: Prometeo, 2014.

Richard, Nelly. Residuos y metáforas. Santiago: Cuarto Propio, 1998.

Williams, Raymond. “Dominante, residual y emergente”. Marxismo y literatura. Barcelona: ediciones Península, 2000. 143-9.

Sztulwark, Diego. La ofensiva sensible. Neoliberalismo, populismo y el reverso de lo político. Buenos Aires: Caja Negra, 2019.

Žižek, Slavoj. El coraje de la desesperanza. Crónicas del año en que actuamos peligrosamente. Barcelona: Anagrama, 2018.

 

1 Este dossier forma parte del proyecto Fondecyt regular 1211970, “ Residuo y futurabilidad. imaginación y territorio en la novela y cine en Chile. 1981-2020”, a cargo del investigador Luis Valenzuela Prado y del coinvestigador Juan José Adriasola.