reseñas

Revista de Humanidades Nº 49: 485-489 ISSN: 07170491 • DOI: 10.53382/issn.2452-445X.790

Heinrich Meier

Nietzsches Vermächtnis: Ecce homo und der Antichrist.
Zwei Bücher über Natur und Politik
1

München: C. H. Beck, 2019, 351 páginas.

 

 

El nuevo libro de Heinrich Meier ofrece un examen pormenorizado y meticuloso de las últimas obras de Nietzsche. La carta de Nietzsche del 3 de enero de 1889 es el testimonio detallado de sus primeros momentos de locura; el 8 de enero Franz Overbech se encuentra con el filósofo en su domicilio en Turín, y el 10 de enero es ingresado en el hospital psiquiátrico de Basilea. Los pasajes anteriores al colapso mental del filósofo, como la escena con el caballo, son bien conocidos, y a muchos les parecen decisivos, ya que constituirían la base de por qué los últimos escritos pierden interés. Parece ser un presumible hecho que estos textos de Nietzsche, escritos y terminados en torno a 1888 y 1889, se caracterizan por la falta de lucidez y, por tanto, pueden atribuirse a exaltados y desproporcionados arrebatos de locura, en especial por su violencia y su contenido. Por otra parte, la supuesta planeación y realización de una gran obra llamada Der Wille zur Macht [La voluntad de poder] disminuyó considerablemente la relevancia de tales obras. La atención y el trabajo de Meier se centran en dar vuelta tales consideraciones y llevar al lector a la constatación de que los últimos escritos, tanto Ecce homo como Der Antichrist, son el resultado de una reflexión imparable y constante. El libro está dividido en tres partes, la primera “Natur und Politik I” dedicada a Ecce homo que consta de seis partes, la segunda, “Natur und Politik II”, a Der Antichrist, que contiene también seis partes, seguida de un anexo dedicado a Götzen-Dämmerung [Crepúsculo de los ídolos]. En el Vorwort [prefacio] Meier menciona la conocida Umwerthung aller Werthe [Revalorización de los valores] y hace hincapié en la interpretación a partir de una vida que requiere un tipo de afirmación, que el filósofo ya puso en práctica con Ecce homo y Der Antichrist. El autor tiene presente que con estas dos obras se concluye el último período del pensamiento de Nietzsche. Sin embargo, no solo son obras de conclusión, sino que reflejan también la crítica “más aguda a la que un filósofo sometió al cristianismo” (9).

En este contexto, el libro también pretende localizar un hilo conductor que recorre ambos escritos: la vertiente política-filosófica. Meier opina que las últimas obras se ocupan de la descripción fundamental de la vida filosófica. De este modo, se describen los enfoques tanto filosóficos como políticos: el primero, hace hincapié en la comunicación o transmisión compleja de ideas o pensamientos que requieren cierta concentración o determinación y, de ese modo, pueden incluirse, determinarse y comprenderse; el segundo, el elemento político, en la medida en que este aspecto requiere, de forma imprescindible, un lenguaje trasparente a la hora de comunicar los mensajes en sus escritos. Entonces, y siguiendo el título del libro, ¿cómo se podría unir la naturaleza con la política en el filósofo? No se trata de un trabajo estrictamente dedicado a la construcción de argumentos que intenten explicar ambos conceptos y cómo se mueven en su obra; el lector no encontrará esto, pero se beneficiará de una profunda reconstrucción argumentativa y de una fina hermenéutica correlativa en ambos textos.

La primera parte ya refleja indicios de lo anterior, pues lleva por título “Leben” [vida], donde se afirma que Ecce homo y Der Antichrist tratan de la naturaleza del filósofo. Esta naturaleza se comprende a través de dos cuestiones: qué es un filósofo y qué constituye una vida filosófica. Esta cuestión ya fue tratada por Nietzsche desde Jenseits von Gut und Böse [Más allá del bien y del mal] y “Wir Furchtlosen” [“Nosotros los sin miedo”] la sección V de Die fröhliche Wissenschaft [La Gaya Ciencia], pasando por Zur Genealogie der moral [Hacia una genealogía de la moral]. En otras palabras, tales obras están dedicadas a lectores que serían futuros filósofos, pero al mismo tiempo Nietzsche tiene en cuenta a los no filósofos, como el “público, la humanidad, el hombre” (15). A la vez se aprecian otros matices en los subtítulos en los que aparece las palabras ‘filosofía’ y ‘filosofar’ y más adelante se describe la biografía de los propios textos en relación con su publicación. Meier afirma que a Nietzsche no le faltó claridad y perspicacia en los dos libros que se estudian, ni que su claridad disminuyera, sino que “estaba a la altura de su habilidad” (18). Lo que sigue es una descripción que conecta tales ideas y pretende apoyar la tesis de que estos escritos están conectados y que la claridad del pensamiento de Nietzsche es evidente. Tampoco el autor deja sin analizar elementos e información biográfica de cada obra. Resulta relevante que en Ecce homo la cuestión de la Klugheit [prudencia] sea constatada como elemento heurístico, pues, según se menciona, Nietzsche comprende la prudencia como un conocimiento práctico que se orienta a la acción. Meier sigue su tesis, en especial al mencionar que los capítulos de Ecce homo están bien estructurados y corresponden a esquemas, más allá de impulsos radicales de locura, y que persiguen una lógica basada en conexiones con sus ideas y planteamientos. Lo anterior puede encontrarse en la descripción de los temas de la segunda parte del libro, dedicados a la ‘amistad’, ‘ilustración’, ‘historia’, ‘fe’, ‘gobierno’, ‘enemigo’. Así el autor demuestra que ambos libros son “una dualidad circular” (312).

Cabe mencionar nuevamente que el título del libro de Meier no contiene un análisis de la política en un sentido sistemático, por ejemplo, a la manera de un intento de comprender la faceta ‘política de Nietzsche’, sino más bien un análisis en el que la política se entiende como una forma de comunicarse y de darse a entender. En este sentido, merece la pena reflexionar sobre el modo en que Nietzsche se reconoce como filósofo o quiere ser entendido como tal. La tesis de que una obra debe ser, en última instancia, una aplicación de la vida filosófica obedece a lo planteado por él. De ese modo, Meier sostiene que Nietzsche condensa sus pensamientos de forma convincente en la díada de ambas obras. Puede plantearse, entonces, la pregunta de si su filosofía habría tenido poco que decir después de que ambos textos hayan sido escritos, ya que el ‘final feliz’ en cuanto publicados y concluidos, se habrían llevado a cabo plenamente. ¿Habría algo más allá de Ecce homo y Der Antichrist? A la luz de una benevolente opinión, es una rara costumbre en círculos bien informados considerar estas obras como el fruto de la “megalomanía del autor” (17); por lo que podría ser una razón sospechar de los comentarios o textos que justifiquen la locura escrita del filósofo. El autor repite de muchas formas que estos escritos merecen el estatuto de obra, en el “sentido” (18) estricto del término.

Meier subraya y refuerza la idea de que las obras de Nietzsche se presentan, como el subtítulo de Also sprach Zarathustra [Así habló Zaratustra], para “todos y para nadie”. Para todos significa que se presentan como obras acabadas, terminadas en las que lo que se ha expresado, se expone y queda al desnudo para el lector; para nadie quiere decir que aún son pozos oscuros y turbios necesitados de una clara interpretación. Este contraste puede reconocerse ciertamente en casi todas las obras de Nietzsche, ya que el título plantea una cuestión, mientras que el subtítulo juega con lo dicho. Con la primera obra del libro de Meier, Ecce homo, en el subtítulo se trató de describir cómo Nietzsche encontró su naturaleza “Wie mann wird, was man ist”. En Der Antichrist, que aborda el aspecto político, el subtítulo parte de un interés y una crítica de Nietzsche, que se halla envuelta “Fluch auf das Christenthum”.

Götzen-Dämmerung fue enviado al editor el 7 de septiembre de 1888, y esta obra se analiza en el anexo. Meier afirma que Nietzsche se dedicó a este libro para renunciar a Der Wille zur Macht, y este escrito debe considerarse como la primera muestra de tal decisión: ‘seis de los ocho capítulos’ fueron tomados de los apuntes, es decir, una decisión final se jugó. Der Wille zur Macht queda subsumida en la decisión de publicar Ecce Homo y Der Antichrist. De todo ello, cabe rechazar completamente la tesis en cuanto libro “la voluntad de poder constituye la exposición más elaborada, detallada y completa de la filosofía de Nietzsche” (Castrillo 9). Por su parte, el autor matiza de que Götzen-Dämmerung sea la obra gemela del libro Der Antichrist, pues dicha relación no se debe al material con el que ambas fueron elaboradas, sino por el propósito común que persiguen.

Sin duda, Meier nos ofrece un valioso análisis que difiere de lo que se conoce de Ecce homo y Der Antichrist, y en cada página se persigue la idea de que entre las líneas de ambos libros se mueve una cuidosa planeación, que es fruto de un pensamiento que ha alcanzado una admirable y brillante madurez.

 

 

Bibliografía

 

Castrillo, D. “Prólogo”, en: Nietzsche, F. (2000), La voluntad de poder, Edaf.

 

 

Osman Choque-Aliaga

Universität Freiburg

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1 Las citas son traducciones del autor, a menos que se exprese lo contrario.