Revista de Humanidades N.º 52: 501-506 ISSN: 07170491 / ISSN 2452-445X • DOI: 10.53382/issn.2452-445X.942

María Inés Zaldívar Ovalle

Poesía y prosa. María Monvel

Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile, 2022, 638 páginas.

La obra de la escritora chilena Ercilia (Tilda) Brito Letelier (1897-1936), más conocida por su seudónimo María Monvel, ha sido rescatada del olvido en Poesía y prosa. María Monvel, edición a cargo de la investigadora María Inés Zaldívar, de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Si bien no es una edición crítica, es el primer esfuerzo académico de perfilar una obra completa de la autora, pues a través de 638 páginas y 256 notas al pie, su compiladora lleva a cabo un esfuerzo monumental anunciado por el título del libro: se trata, por un lado, de la reunión de textos líricos de Monvel, gracias a los que la autora adquirió reconocimiento y que le significaron la entrada al canon literario nacional; y, por otro, de una recopilación de su desconocida obra en prosa, que consta de cuentos, crónicas y entrevistas, que se publicó en distintos medios periodísticos y jamás fue recogida en formato libro.

En la primera parte, “Poesía”, se reúnen los dos poemarios publicados en vida por Monvel, Remansos del ensueño (1918) y Fue así (1922). También, se incluyen tres antologías poéticas: Las mejores poesías (líricas) de los mejores poetas (1925), que fue publicada en España, lo que marcó un hito fundamental para su trayectoria; Poetisas de América (1929), selección de poemas de escritoras latinoamericanas que ella misma compila; y Sus mejores poemas (1934), antología de sus propios poemas que la autora elaboró dos años antes de su temprano deceso. Además, la obra reseñada incluye Últimos poemas (1937), recopilación póstuma de sus últimas composiciones y traducciones, realizada por su marido1. Hasta este punto, pareciera un esfuerzo no muy distinto al de Alejandro Concha Cruz, con su antología Poemas. María Monvel (2012), o la realizada por Ediciones Universidad de Valparaíso, editada y compilada por Micaela Paredes y Ernesto Pfeiffer, bajo el título La dicha tiene fin (2021). Sin embargo, hay dos elementos diferenciadores sumamente relevantes. En primer lugar, Zaldívar agrega ocho poemas inéditos, entre los que se incluyen el primer poema que publicó Monvel, aparecido tempranamente en la revista Figulinas en 1915, y otros siete que aparecieron en Zig-Zag antes y después de su debut en formato libro, en 1918.

El otro elemento fundamental que da un cariz especial a la obra reseñada es su carácter académico. Por un lado, sin pretender volverse una edición crítica, las notas explicativas van más allá de tan solo señalar los datos de publicación como fecha, libro o revista; sino que, en algunos casos, se trata de información que no se conocía ni existía en ninguna obra de consulta, pues se ofrecen datos sobre el génesis de las obras, movimientos artísticos y redes de contacto de Monvel en el campo cultural hispanoamericano. En ese sentido, Zaldívar organiza los poemarios en el mismo orden en que Monvel los publicó, de manera que se conservan los poemas repetidos entre un libro y otro, pero “señalando las diferencias que se presenten entre una y otra versión” (39). Por otra parte, el carácter académico detrás de la compilación se expresa en la introducción crítica “María Monvel, saeta vehemente: la construcción de un personaje y una obra de compleja simplicidad”, donde Zaldívar lleva a cabo el más completo y riguroso estudio panorámico en torno a la obra de la autora que se ha hecho hasta el día de hoy. Es más, allí propone una reinterpretación de la obra de la escritora desde un carácter íntimo, una profunda emocionalidad y un uso del lenguaje simple, pero que juega con el secretismo en sus diferentes roles como antologadora, prosista, periodista y gestora cultural (27-28). Con ello, propone reemplazar la concepción de los estudios literarios previa a los años ochenta, que leían la poesía de Monvel a partir de la figura de la madre sensible e inocente esposa católica, por la de una escritora, editora, traductora y gestora cultural que está a la altura de las más reconocidas poetas chilenas e hispanoamericanas (33).

A lo largo de los textos reunidos en “Poesía”, es posible observar en la escritura de Monvel una reiteración temática asociada a la feminidad de finales del siglo XIX y principios del XX, de ahí que múltiples poemas se ciñan al amor romántico, la devoción religiosa y la maternidad, como “Amor sentimental” y “Oración a María”, de Remansos del ensueño, y “Mi hija juega en el jardín”, de Las mejores poesías (líricas) de los mejores poetas. Ahora bien, Zaldívar interpreta el uso de estos motivos arquetípicos sobre lo femenino como una estrategia de Monvel para justificar su poesía y prosa desde su posición como mujer, lo que responde a una profunda conciencia acerca del poder que otorga la palabra escrita y de las limitaciones que el propio campo literario le imponía por su condición sexo-genérica (25-27).

Dicha conciencia se expresa a partir de la alusión crítica a la creación poética de otros escritores, por ejemplo, en el caso de sus “Perfiles literarios”, en Remansos del ensueño, donde reflexiona sobre la poesía de Julio Munizaga Ossandón, Daniel de la Vega, Ricardo Dávila (Leo Par), entre otros; mientras que, en “Los tres cantos”, del mismo poemario, Monvel dialoga de forma metaliteraria con poemas de Teresa Wilms Montt que llevaban el mismo título. Se trata de una primera versión del rol de antologadora que la poeta se permitiría asumir en Poetisas de América y Sus mejores poemas. Allí, Monvel evalúa y selecciona la producción poética de Gabriela Mistral, Delmira Agustini, Alfonsina Storni, entre otras, pero, además, incluye poemas propios para situar su escritura junto a la de estas importantes autoras latinoamericanas.

La segunda parte del libro reseñado se titula “Prosa” e incluye tres cartas íntimas, ocho textos narrativos y una serie de crónicas y entrevistas aparecidas en la revista Zig-Zag, que se reparten en cuatro apartados: “Cartas”, “Textos narrativos”, “Viaje a España, crónicas” y “La dama audaz, entrevistas”. Aquí es donde el volumen se sumerge en el terreno de lo inédito. En “Cartas”, se reproducen las primeras misivas íntimas de una autora cuyo epistolario es completamente desconocido. Concretamente, se trata de diecinueve cartas que la autora escribió al poeta chileno Julio Munizaga Ossandón (1888-1924) y tan solo una de respuesta. Estos textos, que están custodiados en el Archivo del escritor de la Biblioteca Nacional, permiten observar el temprano interés de la autora por integrarse a la escena letrada, sus negociaciones con un poeta que se encuentra en una posición más favorable del campo que ella y su esfuerzo por crear redes que le permitan avanzar en su trayectoria artística. Cierra el apartado una carta que envió al escritor y filósofo español Miguel de Unamuno, que se encuentra en el Repositorio Documental de la Universidad de Salamanca, y donde la autora manifiesta su ambición por expandir el alcance de su escritura al campo literario internacional. Así, pues, Zaldívar señala que las cartas de Monvel con Munizaga son los documentos más antiguos que se conocen de la escritora y que permiten apreciar un intercambio intelectual y poético constante desde su adolescencia (19-20). Esto es relevante dado que se evidencia la actitud proactiva de Monvel por dedicarse de manera profesional a la escritura. Particularmente, en las cartas del 7 de noviembre y el 22 de diciembre de 1914, le envió a este escritor sus poemas “Oración a María” y “Antes del torneo”, que años más tarde se incluirían en su primer libro Remansos del ensueño.

El apartado “Textos narrativos”, consiste en una serie de cuentos que, en la mayoría de los casos, por primera vez se compilan y publican en libro. Con anterioridad, solo se había incluido “La japonesita y el novelista” en El cuento chileno: bibliografía (1936), editado por Raúl Silva Castro y publicado por Prensas de la Universidad de Chile. Ahora bien, estos cuentos en su mayoría fueron publicados en Chile, luego del viaje que Monvel realizó a Europa en 1925 junto a su marido, el escritor y educador Armando Donoso (1887-1946). La trascendencia de ese hecho biográfico radica en el capital cultural que adquiere Monvel como poeta, lo que le permite expandir su escritura a la narrativa. Así, un tipo de texto que no era su especialidad aparece en prestigiosas publicaciones literarias de la época, tales como Revista de Artes y Letras, Atenea y Lecturas Selectas. Revista semanal de novelas cortas. Según Zaldívar, en esos textos se entrecruzan elementos autobiográficos, por lo que hay una correspondencia entre la narrativa y la vida personal de la autora (33-34). En este sentido, se destaca especialmente “Apuntes de Sevilla” (1926), aparecido en Atenea, en el que la autora reflexiona sobre esta ciudad española desde la perspectiva de un personaje femenino. Además, otro aspecto que sobresale es el cosmopolitismo en sus cuentos más célebres de aquel tiempo, como “La japonesita” (1918) o “La japonesita y el novelista” (1927) y “El marido gringo” (1926), lo que da cuenta de la incorporación en su obra de temas, vocabulario, espacios y personajes considerados exóticos en la época. Es importante señalar que los dos primeros mencionados corresponden a versiones diferentes del mismo cuento y, aunque no se incluyen como variantes de edición crítica, Zaldívar integra notas al pie de página para invitar al lector a compararlos.

A continuación, “Viaje a España, crónicas” reúne una serie de publicaciones aparecidas en Zig-Zag durante el año 1926, ulteriores a su ida a Europa. Se trata de un hito que, además de permitirle relacionarse con destacadas figuras del mundo cultural, literario y artístico hispanoamericano, significó para la trayectoria literaria de la escritora visibilizar su producción más allá de las fronteras nacionales. Al respecto, Zaldívar subraya que este viaje posibilita a Monvel inscribirse en el campo cultural chileno y español de la primera mitad del siglo XX, y se consolida a partir de la escritura periodística, puesto que le otorga una autonomía para expresar su perspectiva crítica y la de otras mujeres (24-25). Así se evidencia en la crónica “Don José Ortega y Gasset”, texto que comenta su experiencia al conocer al filósofo español y a su esposa Rosa Spottorno, con quienes forjó un fuerte lazo durante su estadía. Por otra parte, en “Las mujeres de los hombres de letras en España. Un té de señoras solas en Madrid”, expone una importante reunión de mujeres emparentadas con escritores españoles, en la que compartió con la ya mencionada Rosa Spottorno, María Martos Arregui, esposa de Ricardo Baeza, y María Maeztu, hermana de Ramiro Maeztu, entre otras.

Para finalizar, en el último apartado, “La dama audaz, entrevistas”, Zaldívar incluye otro género periodístico publicado también en Zig-Zag entre 1926 y 1927: las entrevistas. Allí, sobresalen “Una hora con Don Pedro Aguirre Cerda” y “Una hora con Joaquín Edwards Bello”. En ambas entrevistas Monvel tuvo la oportunidad de compartir y conversar con relevantes exponentes del mundo político, educacional y literario. Mientras que, en “Una hora con la esposa del presidente de la República, Sra. Leonor Sánchez de Figueroa” y “Una hora con Roxane”, Monvel dialoga con importantes mujeres vinculadas al ámbito cultural, político y literario sobre viajes diplomáticos, movimientos estéticos y feminismo.

Respecto de los criterios de edición de Poesía y prosa, se moderniza la ortografía acentual y la grafía, sin embargo, se mantiene el uso de mayúsculas esporádicamente para respetar el estilo poético de la autora. Por otra parte, se corrigen erratas ortográficas y de puntuación, pero solo ciertos cambios se señalan a pie de página. Por último, la transcripción de la poesía y la prosa en el libro se complementa con imágenes, ilustraciones y fotografías (Zaldívar 39-40).

Hay que subrayar que esta recuperación no solo es un aporte para el conocimiento de la obra poética de escritoras chilenas, sino también y, sobre todo, de sus textos periodísticos. En este sentido, es un esfuerzo que se suma a un movimiento creciente desde el punto de vista editorial, en volúmenes como Rosario Orrego. Editora en la Revista de Valparaíso (2019), por Garceta Ediciones; La voz de Iris (2021), por la Editorial Tácitas; Rodar tierras: crónicas, columnas y entrevistas (2019-2022) y Alrededor de una mujer: Oficios, artistas y activistas (2023), ambos libros que reúnen la producción periodística de Marta Brunet publicados por La Pollera. Estas obras evidencian un afán académico y divulgativo por visibilizar una parte escondida y olvidada de la producción de escritoras chilenas.

Así pues, con Poesía y prosa, Zaldívar resignifica la figura de la escritora chilena María Monvel como poeta, antologadora, cuentista, cronista, entrevistadora y gestora cultural fundamental de principios del siglo XX. En este sentido, el mérito de este trabajo compilatorio e investigativo es sobresaliente, dado que, hasta el momento, es el único esfuerzo que se ha hecho por reunir la escritura completa de María Monvel, acompañado por una exhaustiva relectura del trabajo de una autora cuya extensa trayectoria y producción artística fueron reducidas a un par de párrafos sobre sus poemas en las historias literarias nacionales.

Melissa Barrera Rojas

Universidad de Chile

melissa.barrera.rojas@gmail.com

Daniella Muñoz Hernández

Universidad de Chile

daniellamunozhernandez29@gmail.com


  1. 1 Zaldívar conserva en Últimos poemas los diecisiete sonetos de Shakespeare traducidos por María Monvel que Armando Donoso incluyó en esa compilación póstuma. Es importante señalar que el último soneto permanece incompleto, pero, de todas maneras, fue incluido tanto por el compilador original como por la editora del volumen reseñado.