Reseñas

RAMÍREZ, M. T. (COORDINADOR) EL NUEVO REALISMO. LA FILOSOFÍA DEL SIGLO XXI

JEAN-PAUL GRASSET B.
Universidad Alberto Hurtado, Chile

RAMÍREZ, M. T. (COORDINADOR) EL NUEVO REALISMO. LA FILOSOFÍA DEL SIGLO XXI

Revista de Humanidades, núm. 37, pp. 341-345, 2018

Universidad Nacional Andrés Bello

RAMÍREZ M. T.. EL NUEVO REALISMO. LA FILOSOFÍA DEL SIGLO XXI. 2016. MÉXICO. SIGLO XXI. 280 pp.. -

La filosofía continental contemporánea está atravesada hace un decenio por el surgimiento de nuevas propuestas filosóficas de autores como Q. Meillassoux, G. Harman, M. Gabriel, entre otros, autodenominadas ‘realismos’ o ‘materialismos’ de corte ‘especulativo’. Tales propuestas no pretenderían establecerse como simple revival de tan comentadas ‘etiquetas’ del inventario filosófico. Más bien, implican un conjunto de posturas que sostienen transversalmente —pese a sus divergencias— el establecimiento de una filosofía capaz de producir y sostener un discurso racional acerca de lo ‘absoluto’, de la realidad ‘como tal’, entendiendo que no se puede desmentir la existencia de esa realidad sólo porque nos sea inaccesible.1

El presente volumen colectivo plantea una aproximación actualizada al surgimiento y desarrollo de estas posturas mediante traducciones de textos de sus autores más destacados y estudios especializados sobre aspectos relevantes del ‘nuevo realismo’. La edición y coordinación del libro la ejerce M. Ramírez, quizás el especialista iberoamericano más importante sobre esta corriente filosófica actual.2 Componen la publicación una presentación general del coordinador y artículos de M. Ferraris, G. Flores, M. Gabriel, M. García, G. Harman, Q. Meillassoux, L. Ralón y el propio M. Ramírez.

En su planteamiento general, el volumen no pretende ser mera compilación de textos para difundir una novedad filosófica. Por el contrario, en la presentación se sostiene claramente que estamos ante “una nueva filosofía . . . una nueva forma de concebir el sentido y la práctica de la filosofía” (11), de la que esta publicación pretende sistematizar la diversidad de propuestas proponiendo un acceso a la vez comprensivo y crítico al estudio de su posible carácter unitario. En efecto, el título del volumen lleva implícito tal objetivo: el ‘nuevo realismo’ es ‘la filosofía del siglo XXI’, que plantearía, pese a estar en ciernes, un quiebre decisivo en el curso de la filosofía presente y futura. Atenderé a este planteo en dos momentos: 1) comentando indicativamente los textos incluidos en el volumen; 2) proyectando algunos alcances y desafíos que el ‘nuevo realismo’ abre para el pensamiento contemporáneo.

En el texto “Realismo por venir”, M. Ferraris sostiene que el ‘nuevo realismo’ comporta un compromiso ontológico que no reduzca la filosofía a ‘función edificante’ que entrega a la ciencia la interrogación sobre la realidad (47-67). El artículo sitúa el surgimiento de anteriores ‘realismos’ desde inicios del s. XX y critica el ‘idealismo subjetivista’ de la filosofía posmoderna. Luego conecta con la conformación reciente de ‘realismos’ proyectando el porvenir de sus variedades (negativo, neutro, positivo). Otro tanto debe decirse de los dos textos de Q. Meillassoux: “Contingencia y absolutización del uno” y “Duelo por venir, Dios por venir”. El primer texto concierne“la cuestión de una posible reactivación contemporánea de la noción de absoluto” (68), y con ello la apertura de una filosofía especulativa en sentido renovado. Por esa vía, propone sintéticamente varios de los puntos ya expuestos en su “Después de la finitud. . .”: la antinomia de ancestralidad, el correlacionismo, el principio de factualidad y necesidad de la contingencia, etc. Huelga consignar aquí la cuestión del ‘correlacionismo’: “toda filosofía que sostiene la imposibilidad de acceder por medio del pensamiento a un ser independiente del pensamiento” (73), que comporta una de las más importantes bases críticas de la propuesta del autor.3 Parejamente, en el segundo texto, Meillassoux aborda el ‘dilema espectral’ más allá de la aporía religión/ateísmo, entendiendo que ambas formas cumplen lo que llama ‘duelo esencial’. La resolución del dilema depende de lo que Meillassoux llama ‘inexistencia divina’ (replicando el título de su tesis doctoral, aún inédita); esta expresión indica un Dios que ‘no existe todavía’, i.e., no es el Dios religioso ni metafísico, sino virtual: un Dios posible (105-107). A esto se suman dos artículos de M. Gabriel: “La ontología trascendental en contexto” y “Por qué el mundo no existe”. El primero es la introducción de su libro Trascendental Ontology. Gabriel intenta sobrepasar la división entre filosofía analítica y continental, a propósito del renovado y expandido interés por Hegel. Para Gabriel, el idealismo postkantiano —desvinculado de su contexto ontoteológico— inspira un punto medio entre la epistemología trascendental angloamericana y el retorno a la ontología de la filosofía francesa. Eso es lo que Gabriel proyecta como ‘ontología trascendental’, a través de la cual genera una teoría —en diálogo con Hegel, Frege y Badiou— donde la existencia es aparecer en ‘campos de sentido’ o ‘dominios de objetos’ (112-150). Por su parte, el segundo texto transcribe una conferencia de 2014 (con idéntico título al libro de 2015) donde establece las condiciones de un realismo ontológico y plantea la tesis sobre la inexistencia del mundo como totalidad, en el marco de lo que entiende como ‘realismo neutral’, i.e., que no privilegia ninguna capa de realidad —u objeto— por sobre otra (151-169). Por último, en “El camino a los objetos”, G. Harman expone lo que ha de entenderse por ‘realismo especulativo’ y luego explica su propia variante: la ‘ontología orientada a objetos’, que tiene por fondo crítico el ‘problema del acceso’: hay una realidad ‘en sí’ que puede ser pensada, mas ella no puede ser conocida directamente por el humano, por lo cual la ontología se orientará a los objetos, que él deriva de una peculiar interpretación del ‘útil’ heideggeriano (170-191).

Por otra parte, una serie de artículos estudian problemas del nuevo realismo: en “Devenir inmortal. . .”, M. Ramírez aborda la crítica de Meillassoux al pensamiento de la inmanencia en Deleuze (193-210); luego, en “Hacia una nueva cuaternidad. . .”, L. Ralón aborda la ‘ontología orientada a objetos’ de G. Harman atendiendo especialmente a la lectura que este autor hace de la fenomenología (211-236). Parejamente, en “el realismo neutral como pluralismo ontológico”, M. García explica que la ‘neutralidad’ del realismo de Gabriel, como pluralidad de campos de sentido, abre la interrogante de si hay completa neutralidad o más bien distinción entre niveles de ‘fundamentalidad’ (237-249). Luego, el texto de G. Flores “En la estela del realismo especulativo”, ofrece un importante análisis sobre otros autores vinculados o cercanos al ‘movimiento’ (como R. Brassier, I. Hamilton, L. Bryant, C. Malabou, J. Bennet y A. Johnston) y sus posibles conexiones críticas (250-277).

En definitiva, el volumen dilucida la actualidad del ‘nuevo realismo’ respecto de su clarificación histórico-filosófica, como también al vislumbrar su potencia filosófica. En ese contexto, el libro logra establecer problemáticas y desafíos que pueden agruparse en tres puntos: 1) la unidad del ‘movimiento’, definida como ‘giro ontológico’ en la presentación del libro, debe entenderse en un doble sentido: la ocurrencia de ese ‘giro’ posibilita los ‘nuevos realismos’, pero, si hay tal giro, su potencia filosófica parece remitir al advenimiento de una nueva filosofía especulativa que funcionaría como factor de composibilidad de las diversas posturas; 2) sostener lo anterior permitiría esclarecer hilos de continuidad y discontinuidad respecto a temáticas transversales: al interrogar ‘lo real’, hay una revalorización de la ontología en que fungen debates sobre la noción de aparecer, el estatuto de lo trascendental, la lógica, el concepto de objeto, etc.; 3) esto explicaría que el horizonte crítico transversal de estas corrientes no sea sólo histórico-filosófico (en lo que respecta a la filosofía moderna y postmoderna), sino que además debate sobre la necesidad (que llamaría ‘metafilosófica’, por comodidad e ironía) de superar la división cuasi-ideológica entre filosofía analítica y continental con vistas a una posible filosofía ‘unificada’. Una filosofía que no abdique y reconozca “la razón como la rosa en la cruz del presente” en el goce de su pretensión absoluta de abrir lo real.

Referencias

Brassier, R. et al., “Speculative Realism”. Collapse III, 2007, 306–449.

Bryant et al, eds. The Speculative Turn. Continental Materialism and Realism. Melbourne: 2011.

Fradet, P.A. y García, T., eds. “Le réalisme spéculatif”. Spirale, Paris: 2016.

Meillassoux, Q. Después de la finitud. Ensayo sobre la necesidad de la contingencia. B. Aires: Caja Negra, 2015.

Ramírez, M. “Pensar desde el cuerpo: de Merleau-Ponty a Jean-Luc Nancy y el nuevo realismo”. Eidos 21 (2014): 221-236.

Ramírez. M. “Contingencia absoluta y posibilidad radical. El realismo especulativo de Quentin Meillassoux”. Eikasia, Revista de Filosofía 68 (2016): 143-156.

Ralón, L. y Ramírez, M. “Pensar lo absoluto: Quentin Meillassoux y el realismo especulativo”. Nombres 29 (2015): 263-284.

Notas

1 Es del todo necesario entregar al lector una orientación mínima sobre la conformación y devenir de estas posturas filosóficas. El ‘movimiento’ denominado ‘realismo especulativo’, se estableció en un coloquio en Goldsmiths College de Londres en 2007, en que intervinieron Q. Meillassoux, I. Hamilton Grant, R. Brassier y G. Harman (auspiciado por el Center for the Study of Invention and Social Process y la revista Collapse). En general, este ‘movimiento’ prontamente mostró divergencias internas y se dividió entre el ‘materialismo especulativo’ de Meillassoux y la ‘ontología orientada a objetos’ de Harman, al punto que algunos comentadores (Brassier, Fradet y García; Ralón y Ramírez) llegan a opinar que nunca hubo un ‘movimiento’ como tal, sino una diversidad de propuestas que coincidieron a propósito de ciertos basamentos críticos respecto a la filosofía moderna y postmoderna. Empero, como han sostenido Fradet y García, este ‘movimiento’ quizás fue un encuentro fortuito y no perdurable de dos orientaciones distintas (afiliadas una a B. Latour y otra a A. Badiou) que legaron un terreno de discusión que los trasciende y no pierde actualidad. Tal veredicto parece confirmarse si atendemos al surgimiento, desde 2011, de una ‘segunda generación’ que declara sostener abiertamente un ‘nuevo realismo’, vinculado sobre todo a los nombres de M. Ferraris y M. Gabriel.
2 Entre varios artículos, destacan aquellos que delimitan el ‘movimiento’ a la vez que conectan con otras formas filosóficas contemporáneas: M. Ramírez “Pensar desde el cuerpo. . .” y M. Ramírez “Contingencia absoluta y posibilidad radical. . .”.
3 Confróntese con la definición más ‘canónica’ sobre la correlación establecida por el autor: “la idea según la cual no tenemos acceso más que la correlación entre pensamiento y ser, y nunca a alguno de estos términos tomados aisladamente” (Meillassoux, Después de la finitud. . ., 29).
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