Dossier

Presentación Dossier Werner Hamacher

Niklas Bornhauser

Presentación Dossier Werner Hamacher

Revista de Humanidades, núm. 42, pp. 11-26, 2020

Universidad Nacional Andrés Bello

Presentación

Dossier, como es consabido, es una palabra francesa usada habitualmente para referirse a un conjunto de actas, un legajo o fardo de documentos, que, resultado del trabajo de recogida o recolección [sammeln], puede llegar a conformar una colección [Sammlung] de carácter más o menos sistemático, más o menos definitivo, contenida en un archivador o, como se dice en alemán, en una Sammelmappe. Es esta una manera, entre otras, para conformar un esbozo de lo que serían los escritos reunidos, recogidos, recolectados [Gesammelte Schriften], pariente bastardo de las obras completas, pues no comparte con estas, al menos no necesariamente, su pretensión de exhaustividad ni su carácter definitivo. Dependiendo de la rigidez o plasticidad de la carpeta o portafolios [Mappe] en cuestión, sería algo así como un ensemble de documentos que recoge, en un determinado instante, de un modo siempre por establecer, un conjunto de textos de diversa procedencia y factura. Las leyes de su articulación, si bien frecuentemente declaradas con antelación a través de una convocatoria –en ocasiones, también conocida como call, es decir, llamada– la mayoría de las veces operan après-coup, creando, por la vía de la Nachträglichkkeit, la sensación de orden y sistematicidad. En ese sentido, uno de los posibles efectos de un dossier, debido a su carácter de reunión [Versammlung] y recaudación, es el establecimiento de un antecedente en el tiempo, un punto de partida para empezar a pensar a partir de una consigna, una solicitación cuyo carácter agrupante pareciera ir en contra de toda dispersión. Pero dossier es, también, un respaldo, un apoyo para la espalda, le dos, un soporte que la cuida o protege, respaldándola, con tal de poder emprender, a partir del mentado dossier, ciertos avances o iniciativas sin pronunciarse sobre su rumbo u orientación. En este caso, el denominador común que apresa los textos –al modo de una pinza, un clip o un corchete, que es también un paréntesis [Klammer]1 y que les otorga, mediante su abrazo [Umklammerung], el carácter de dossier– es un nombre propio, a saber, el nombre de Werner Hamacher. Este dossier responde al deseo de crear las condiciones de posibilidad para un encuentro (con sus textos, su pensamiento, su docencia, su generosidad, así como su severidad), al mismo tiempo que a un intento de elaboración de la pérdida, del abandono, resultado de su muerte. Este dossier es, entonces, por una parte, rememoración [Erinnerung], trabajo de duelo y, por otra, respuesta a la interpelación de mantener con vida un pensamiento vital, impetuoso y palpitante, un pensamiento que nunca se es suficiente y que siempre propulsa a ir más allá, a abandonarse con tal de pervivir, y de llevarlo a un pensamiento otro o, abusando de un giro hamacheriano, a otro de un pensamiento.

El pensamiento de Werner Hamacher, pese a que probablemente sea una de las reflexiones más originales y desafiantes del presente –en el doble sentido característico de todo genitivo–, hasta la fecha, salvo contadas excepciones, ha tenido una recepción más bien tenue y apenas incipiente. Cualquier especulación sobre las razones de esta tibia acogida es insuficiente, sin embargo, de manera tentativa, sin afán alguno de exhaustividad, es posible esbozar una hipótesis acerca de cómo dicha dificultad de recepción se relaciona estrechamente con ciertos rasgos de su pensamiento. Esta hipótesis guarda relación con la dificultad de arraigar su pensamiento en un suelo [Grund] definitivo, no solo en el sentido de atribuirle una razón o un motivo [Grund] último e irrebasable, sino en el sentido del Grund und Boden, es decir, de asignarle un Vaterland o una madre patria, en suma, de enraizarlo en un territorio demarcado y de convertirlo en bien raíz [Grundbesitz]. Todo pareciera apuntar a que es un pensamiento que se resiste al asentamiento, a sentar raíces, a la tendencia a ocupar [besetzen] un terreno y plantar [setzen] ideas germinales para luego dedicarse a su cultivo y cosecha. Dificultad que, más que presentar una merma o un déficit a ser subsanado, probablemente constituya su máxima riqueza y desafío. Pero vamos por partes.

Primero, cualquiera sea la fábula genealógica a la que se recurra, resulta sumamente difícil, por no decir imposible, establecer unidad alguna respecto de sus disciplinas de ‘origen’. Nacido en Alemania en 1948, Werner Hamacher estudió literatura comparada, filosofía, filología alemana, sociología y estudios religiosos en la Freie Universität de Berlín. Un amplio abanico de disciplinas, que ni el paraguas de las llamadas ciencias del espíritu ni el denominador común de las letras alcanzan a describir adecuadamente, pues siempre pareciera haber algo que se arranca, que no se integra a la composición [Setzung] creada con el propósito de dar cuenta del origen, que cuestiona los estatutos [Satzung] fundantes de dicha composición. Más que una referencia inequívoca a una disciplina maestra que respalda, autoriza y avala, hay un plexo de referencias que, por la vía de la diseminación, hacen estallar la ficción de un origen único, milagroso, un Wunderursprung. Respondiendo a esta proliferación de orígenes y el desafío de establecer nexos entre los devenires, el dossier abre con una traducción al castellano del texto “Über einige Unterschiede zwischen der Geschichte literarischer und der Geschichte phänomenaler Ereignisse” de Werner Hamacher, publicado, por primera vez, en: Zwei Königskinder? Zum Verhältnis von Literatur und Literaturwissenschaft (editado por Wilhelm Vosskamp y Eberhard Lämmert, Tübingen: Niemeyer, 1986). Su incorporación responde, en buena medida al comentario de un colega y amigo, Horst Nitschack, que al leer el texto me comentó que –reproduzco de memoria y, por ende, con imprecisión, sus palabras– “era lo más claro e iluminador que había leído hace tiempo”. Considerando su sólida formación humanista y su insobornable agudeza intelectual, este comentario, al provenir de alguien asentado en más de dos mundos –y, probablemente, en ninguno de ellos, al menos no de manera definitiva– adquiriría un peso decisivo a la hora de decidir qué texto de Hamacher incorporar a un dossier en una revista de humanidades, dedicado –pues así decía la convocatoria– en principio a su pensamiento en general, realizando el esfuerzo por no excluir ni resaltar intencionalmente algunas de sus facetas, al menos no a priori. Resuena, en el texto de Hamacher, el título del escrito freudiano Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos (1925), al igual que otros textos, no todos ellos traducidos al castellano, representativos de la cultura occidental tradicional, librados de su clasicismo a través de una lectura no convencional.

Ronald Mendoza de Jesús en su hermoso ensayo “Historia res lacrimæ” toma este texto de Hamacher como punto de partida para distinguir, en y más allá de él, el concepto de ergontología, uno de tantos neologismos del pensador alemán, forjado ante la necesidad de resaltar el privilegio de la acción, del trabajo, al momento de pensar filosóficamente la historia. Aunque o, mejor dicho, precisamente debido a que, en estricto rigor, en el texto consultado solamente se hable de ergontologische Auslegung o Deutung, es decir, interpretación ergontológica, y no de ergontología per se, el recorte y la extrapolación hechas tienen un rendimiento destacado a la hora de pensar la historia a partir de la filosofía como partida y salida, como despedida y éxodo, Ausgang. Se trata de un trabajo tan riguroso como original sobre un tema que ha sido poco explorado en las incipientes publicaciones a propósito de Werner Hamacher. Mendoza de Jesús, a través de una lectura alerta como sensible, atendiendo las modulaciones apenas perceptibles de la lengua que atraviesan el texto y que motivan sus traducciones e incursiones entre lenguas, se detiene a analizar dos aspectos cruciales de “Sobre algunas diferencias”: por una parte, la carga histórica que Hamacher le otorga al llanto de Odiseo, al derrame de lágrimas, aquel signo de la aflicción y del lamento, un aspecto que, siguiendo las indicaciones del propio Werner Hamacher2, según destaca Mendoza-de Jesús, no solo como respuesta a un evento en la historia, sino como marca del evento histórico per se; y, por otra, la experiencia –límite, fronteriza, liminar– del Abschied, la despedida, el adiós, la partida, la separación [Scheidung], que se introduce –y aquí vuelve a cobrar fuerza la asonancia freudiana– como si de una Scheide, una vaina o una vagina se tratara, el decir adiós a aquel que aus dem Leben scheidet, como el rasgo esencial de la historicidad. “Sprache ist Abschied” titula Thomas Meyer su nota necrológica a Werner Hamacher, publicada en la Süddeutsche Zeitung. No es una exageración expresar en esta presentación la esperanza de que este trabajo dé lugar a nuevos estudios en nuestra lengua sobre la filosofía de la historia y sobre la historia de la filosofía de Hamacher.

Segundo, despojado de la ficción de un origen único que pudiera definir, de manera determinante, su procedencia, su formación avanzó por sendas nómades, errantes, wandering, siguiendo el curso de un verdadero Lebenslauf –literalmente: trayectoria, corrida, marcha vital– o currículo: en lugar de permanecer en Berlín, donde se doctoró en 1977 con una tesis sobre la hermenéutica dialéctica de Hegel3, dirigida [betreut] por Klaus Heinrich, uno de los cofundadores de la Freie Universität, y Paul de Man, continuó sus estudios en la École Normale Supérieure, donde trabajó con Jacques Derrida y, nuevamente, Paul de Man. Sin embargo, tanto la relación con Derrida como aquella con De Man distarían de ser relaciones simples, reducibles al esquema del antecedente y del sucesor o de la determinación cronológica. Sería un error restringir el pensamiento de Hamacher a una suerte de derridianismo, sea lo que sea lo que se esconda detrás de semejante calificativo, pues, a pesar de la sugerente vecindad en el tiempo y en la forma entre pleroma y Glas, el propio Hamacher en reiteradas ocasiones ha señalados sus diferencias y discrepancias con Derrida4. Más allá de ciertas similitudes en cuanto a las referencias –piénsese solamente en Hegel, Heidegger y Celan–, el pensamiento de Hamacher destaca por ciertos hallazgos originales, resultado no solo de sus propias lecturas, sino en su singular relación con la lengua y las lenguas. Su relación con De Man, al que Hamacher tradujo5 y prologó, está atravesada por las acusaciones en contra del belga por su colaboración en Le Soir y Het Vlaamsche Land, que llevó a la edición, de parte de Hamacher, de Responses: On Paul de Man’s Wartime Journalism. El problema del nacionalsocialismo, tematizado explícitamente en Reparationen (1984) y Arbeiten, Durcharbeiten (2002), ambos a ser publicados prontamente en un volumen editado por Metales Pesados, atraviesa todo el pensamiento de Hamacher y en ningún caso es reducible a esquemas binarios simplistas o condenas moralizantes tan políticamente correctas como irreflexivas. Este problema, determinante no solo para la filosofía alemana, es tratado, desde diversos ángulos y aproximaciones en el volumen Sprachgerechtigkeit (2018). Se perfila, entonces, un camino del pensar que se abre paso atravesando diferentes terruños y parcelas del pensar, ajeno a las ocupaciones e investiduras [Besetzungen] establecidas.

“Sprachspiel/Liebesspiel. Erotik als Poetik (ausgehend von Hamachers Milton-Lektüre)” es un texto de Caroline Sauter, originalmente presentado el 15 de febrero 2019 en un workshop, titulado Freistätte #1, organizado por Judith Kasper en la Goethe-Universität de Fráncfort del Meno y en el que también participó Mauricio González, quien también contribuye a este dossier. Freistätte es el título de un ensayo de Werner Hamacher que integra el volumen colectivo Was passiert? Stellungnahmen zur Lage der Universität [Qué está pasando? Acerca de la situación de la universidad], publicado en la línea editorial Unbedingte Universitäten, un guiño inequívoco al L’université sans condition de Jacques Derrida –solo que la universidad se convierte en las universidades y el unbedingt se ofrece a ser leído tanto como ‘sin condiciones’ [ohne Bedingungen] así como ‘a toda costa’, ‘absolutamente’, ‘sí o sí’–. Freistätte, literalmente lugar-libre, es, además, una palabra antigua para decir asilo, un lugar en el que encontrar refugio. Caroline Sauter, cuya tesis doctoral fue apadrinada por Hamacher, a través de la lectura de un texto acerca de John Milton –que se puede encontrar en el ya mentado Sprachgerechtigkeit– reconstruye y discute las analogías entre el juego de lenguas y el juego amoroso. Debido a que originalmente fue concebido como un texto a ser leído, tanto su contenido como su forma, ilustran determinadas facetas del pensamiento hamacheriano, en particular, su carácter dialógico, su vitalidad, su complicidad con la palabra hablada, que aquí no podrían estar ausentes. Por consiguiente, me tomé la libertad [Freiheit] de incluir el texto, originalmente presentado en alemán, en su forma original. Sauter recoge las asociaciones propias del Spiel, tanto en la lengua, de la lengua, como del amor, articulando los tempranos textos filológicos, respecto de los cuales insiste en el rasgo de la philia y de la afec(ta)ción, con el texto sobre Milton y la separación, el divorcio, la Scheidung que ya había hecho su aparición en el texto de Ronald Mendoza-de Jesús. El texto hamacheriano es desglosado como si se tratase de un conjunto de palabras colgadas como perlas del hilo del deseo, configurando un tejido vibrante de pasión, Leidenschaft, esa pasión que crea sufrimiento [Leid], temblante de deseo. La pulsión [Trieb], tanto en su acepción (pro)positiva, activa, vorantreibend, como en su dimensión pasiva, treiben lassen, dota a los textos de esa dimensión energética que los convierte en escritos palpitantes, cimbreantes, a punto de entrar en su oscilación de resonancia, a punto de colapsar.

Tercero, su docencia o enseñanza, más que arraigarse y poblar un determinado lote o incluso un Schrebergarten, un huerto (familiar) administrado por la asentada institucionalidad académica, se desarrolló siguiendo el patrón del nomadismo, incluso de la errancia [Irrens]: llegó a los Estados Unidos en 1984 con una plaza de profesor en los departamentos de Alemán y Humanidades de la Universidad Johns Hopkins, donde permaneció hasta 1998. Luego regresó a Europa y se convirtió al poco tiempo en director del Instituto de Literatura General y Comparada de la Goethe Universität. De 2003 a 2007, Werner Hamacher fue profesor de alemán en la Universidad de Nueva York y profesor invitado en numerosas instituciones, entre ellas la Freie Universität de Berlín, el Centro Franz Rosenzweig de la Universidad Hebrea de Jerusalén, la Escuela de Ámsterdam para Análisis Culturales, la Universidad de Yale y la École Normale Supérieure. Ocupó el chair Emmanuel Levinas en The European Graduate School (EGS). Aquella enseñanza libremente flotante [freischwebend], que siempre privilegió la suspensión y el aplazamiento [Aussetzen] por sobre la fundación y el establishment, es un gesto contrario a la institucionalización del pensar mediante escuelas fundacionales o teorías fundantes. Una vez, cuando, como efecto de la ansiedad producto de la soledad de la lectura y de la incomprensión de sus textos, le pregunté qué hamacherianos podría recomendarme, se echó hacia atrás para reírse con ganas y exclamar: “¡Por suerte no! ¡Qué cosa más espantosa [entsetzlich] sería eso!”. Mitad avergonzado, mitad decepcionado, pues se había desvanecido mi esperanza de encontrarme con una comunidad de lectores, de encontrar claves de acceso a un pensamiento que me parecía tan fascinante como inaccesible, no supe captar la relevancia del Entsetzen como un gesto desfundacional, que atraviesa, de manera intermitente, su pensamiento.

Matías Bascuñán, en el sugerente ensayo titulado “La inconsistesis de Hamacher, o la aporía de la Setzung como inconsistencia soberana” no solo subraya uno de los conceptos (des)centrales en la obra de Hamacher, la noción de Setzung o posición, sino que destaca su naturaleza aporética, irreductible a un acto fundante, soberano, autónomo. En este escrito se recorren textos de Hamacher escritos en alemán –Sprachgerechtigkeit y el célebre “Afformativ, Streik”– con ensayos publicados en inglés –“The Relation”, del que no hay versión en alemán, “Guilt History: Benjamin’s Sketch ‘Capitalism as Religion’”, “Sketches Toward a Lecture on Democracy”, “Wasen: On Celan’s ‘Todtnauberg’” y “Wild Promises. On the Language ‘Leviathan’”– y libros traducidos al castellano –Comprender detraído, Para – la filología / 95 tesis sobre la filología y “Del derecho a tener derechos. Derechos humanos: Marx y Arendt”–. La inconsistesis hamacheriana, la aporía de la Setzung, es indisociable de la Babel que atraviesa y de la concepción de la lengua como un plexo relacional abierto, inconcluso e inconcluible, articulado por relaciones de oposición, de contradicción, de Gegensatz. Esta imposibilidad de reducir la lengua a un sistema de relaciones biunívocas entre significante y significado se muestra a propósito del análisis de la promesa, promissus, integrado por el prefijo pro, ante, por delante y missus, el participio de mittere, que puede traducirse como arrojar, lanzar. El Versprechen es, al mismo tiempo, el trastabillarse, el equivocarse hablando, el freudscher Versprecher también conocido como lapsus linguae, con lo que volvemos al campo de la lengua y a la dimensión productiva del fracaso. Aparece, en el camino trazado por Bascuñán, todo el retículo relacional integrado por los conceptos de Setzung, posición, Vorstellung, representación, Darstellung, presentación, aussetzen, exponer, Stellung, disponer, atravesados por la pregunta por la consistencia, la substancia, consistencia, etcétera.

Cuarto, tal como ya se sugirió en las palabras introductorias dedicadas al dossier, la dificultad de establecer su obra: una primera y somera consideración de los textos publicados en vida por Werner Hamacher da como resultado 9 libros, 118 libros editados, más de 50 capítulos de libros, cientos de artículos en revistas (la mayoría de ellos de gran extensión y condensación) y 9 traducciones. Entre sus obras más importantes se encuentran: pleroma – zur Genese und Struktur einer dialektischen Hermeneutik bei Hegel (1978), Für – die Philologie (2009), 95 Thesen zur Philologie (2010) y Entferntes Verstehen. Studien zur Philosophie und Literatur von Kant bis Celan (2011). De estas magníficas obras, que han sido todas traducidas al inglés, francés, japonés y otras lenguas, actualmente, se dispone de primeras traducciones al castellano de Für – die Philologie (2009), 95 Thesen zur Philologie (2010) y ciertos textos sobre Kafka, Benjamin, Celan, Marx y Derrida, reunidos bajo el título Lingua Amissa. La traducción de Entferntes Verstehen, publicada en Metales Pesados bajo el título Comprender detraído, ha tenido una excelente recepción. A su vez, el incansable trabajo de reescritura y reedición que el propio Hamacher hizo de sus textos es un hecho que debe sumarse a este catastro de su trabajo. Así, por ejemplo, Christian Haart Nibbrig constata en su respectiva nota póstuma que, más allá de la incapacidad, acaso caracterológica, de desprenderse de sus textos y darlos por terminados, hay un incesante trabajo de escritura, que se descentra, disloca y suspende, tanto por la vía de atravesar otros textos, contagiándose de su otredad, como por la vía de volver sobre sí mismo, tratándose como otro de sí. Esto es lo que sucede, por ejemplo, con un texto como Heterautonomien. Concretamente, existen dos versiones de este largo y denso ensayo, que, en cierto modo, llegan a ser autónomas –como si su autonomía fuera, y tuviera que ser, también, heteroautónoma–. Esto no podría sino afectar la contabilidad total de los trabajos de Hamacher, volviendo necesaria, y al mismo tiempo difícil, tanto la reconstrucción pormenorizada de su producción escrita como la distinción de los diferentes estados de discusión que la sitúan y atraviesan. Adicionalmente, no hay que olvidar que hay varios textos que hasta la fecha solo han sido publicados en francés (por ejemplo, Mutation, mutisme) o en inglés (por ejemplo, The Relation o el póstumo What remains to be said). Ambos casos corresponderían a traducciones desde el alemán, a pesar de que hasta la fecha no se conozcan sus versiones originales. De acuerdo con lo anterior, aparte de la ya mentada comparación cuantitativa, que señala la deuda vigente con el pensamiento hamacheriano, se advierte además una considerable desproporción, llamémosla cualitativa, que se expresa en la consideración anecdótica, como hecha solo al pasar, de un pensamiento complejo, poliestratificado, compuesto por múltiples referencias, préstamos textuales y estilos escriturales. Hamacher, como se ha señalado, es conocido por ser una figura destacada, liason, entre las tradiciones filosóficas y literarias de América del Norte, Francia y Alemania. Lugar privilegiado edificado a partir de un conjunto de traducciones de obras significativas, entre las que figuran algunos seminarios de Jacques Lacan (a quien introdujo a los lectores alemanes), y textos de Jean Hyppolite, Paul de Man, Nicolas Abraham, Jean Daive y Jorie Graham. Asimismo, editó los siguientes volúmenes colectivos: Paul de Man: Wartime Journalism 1939-1943, Responses - on Paul de Man’s Wartime Journalism, Paul Celan, Nietzsche aus Frankreich.

En “Werner Hamacher y el movimiento de la contingencia” Mauricio González, esboza un ambicioso arco textual que atraviesa y anuda varios de los textos de Hamacher que habitualmente se hallan diseminados, desperdigados, inconexos, estableciendo entre ellos vínculos novedosos, insospechados. No es casual que prefiera hablar de (el acto de) escritura, das Schreiben, menos frecuente en alemán, y evite la expresión obra, que para Roland Barthes era un concepto rígido, fijo, cerrado, perteneciente al repertorio del establishment. Die Bewegung der Kontingenz, debido a la ambivalencia inherente al genitivo, que puede ser tanto genetivus subiectivus como objectivus, puede ser tanto un movimiento cuyo moverse afecta a la contingencia, que la conmueve, acaso desplazándola, así como un movimiento de la misma contingencia, perteneciente a ella. Este movimiento [Bewegung] traza un camino [Weg] que no constituye necesariamente ni a partir de lo existente, de lo presente, ni de la suma y la adición, sino, más bien a partir de la ausencia y del quitar, el restar, el apartar [weg nehmen]. Contingencia, del griego endechómena, algo que es posible, o del latín contingentia, posibilidad, azar [Zufall], se relaciona con la caída [Fall], con lo que recae en alguien [zufallen]. La travesía de González, a la que precede una cita de Celan que interroga la pertinencia de sostener la diferencia entre la transformación [Wandel], el ser movedizo, el caminar [wandern] y la hospitalidad, el acoger a alguien con cordialidad, por un lado, y el vacío [Leere] y la mitad, el medio [Mitte], por el otro, arroja nuevas luces sobre el corpus hamacheriano en general y el problema del movimiento y de la contingencia en particular.

Quinto, su ‘estilo’: este pensamiento suyo, elegante, preciso y paradójico a la vez, destaca tanto por su estricta radicalidad filológica como por la indeterminación de sus fundamentos; ahí la razón que dificulta transliterar sus textos de una lengua a otra, pero también es sobre este punto que el problema de la lengua y de las lenguas se vincula estrechamente con aquello que no se deja traducir, esto es, con un resto que en el plexo interno de una lengua cualquiera se multiplica sin regresar al sentido. No quiere decir esto que sus escritos no puedan ser transliterados de un idioma a otro, pues existen traducciones de su obra al inglés, francés y japonés, sin embargo, lo que permanece intraducible obliga al traductor a tener que hablar con la lengua en un idioma siempre diferente, desnaturalizando con ello los presupuestos sobre los cuales la lengua supuestamente se sostiene. De esta manera, es un desafío en el sentido de que, por una parte, presenta un reto para la traducción concreta de su pensamiento, inmerso en más de una lengua, y, por otra, es un desafío para la reflexión acerca de la traducción y la dependencia de las traducciones en ciertas comunidades de lectores.

El texto de Tillman Reik, “hama”, estructurado a partir de y en torno a la partícula Häm, un préstamo celaniano y, al mismo tiempo, un guiño con la primera sílaba del nombre propio de quien se trata este dossier, es, y esto constituye un auténtico elogio, una verdadera pesadilla para cualquier traductor y editor. Y es que la intraducibilidad, como desde luego no ignoraba el propio Hamacher6, lejos de constituir un dilema relacionado con la falta de genialidad o de capacidad del traductor, es, más bien, el omphalus del traducir, su Nabel, en el que, parafraseando a Freud, el tejido del texto se conecta con lo desconocido. El texto, lúdico y, al mismo tiempo, de una seriedad intimidante, proporciona no solo una exposición del problema de la posición y de lo afformativo, sino, asimismo, su puesta en práctica afformativa mediante una escritura singular, llamativa, que, lejos de estar atravesada por meros accidentes [Unfälle] ortográficos o sintácticos, avanza afformando la lengua. En otras palabras, hace de vehículo, incluso de catalizador, por un lado, del Sprachspiel hamacheriano al que está dedicado el texto de Caroline Sauter, con todo el Witz o ésprit asociado que tanto caracteriza el pensamiento de Werner Hamacher, y, por el otro, de la encarnación de éste en las palabras y su simultánea filtración entre ellas.

Sexto, más allá de explorar, con suma paciencia y erudición, los predecesores, influencias y referencias clásicas del pensamiento, a Hamacher siempre le interesó pensar las posibles o accidentadas articulaciones con otras prácticas discursivas. Sus incursiones en el teatro, la danza y la pintura son un ejemplo locuaz de esto. Gianfranco Cattaneo en “Acto, gesto. Werner Hamacher y Jacques Lacan” aborda una de las grandes Wahlverwandtschaften del pensamiento hamacheriano. El acto y el gesto, en la medida en que son correlativos de una particular condición práctica del fracasar, hacen de bisagra para sugerir una relación, hasta la fecha inadvertida, entre el pensamiento de Lacan y el de Hamacher. La intuición de que lo inconsciente, más que representación, es exposición, suspensión, recorre, con cuidado contraintuitivo, los textos de Hamacher –principal, aunque no exclusivamente los ensayos que integran Comprender detraído–, algunos de los seminarios y los Escritos de Jacques Lacan, los ensayos freudianos sobre el sueño la psicopatología de la vida cotidiana y la desmemoria, pero también el Letra a Letra de Jean Allouch y, como no, Ser y tiempo y la “Carta sobre el ‘humanismo’” de Martin Heidegger. El fracaso, mejor dicho, el fracasar [Scheitern], de esta manera, es puesta en íntima vecindad con el síntoma, el lapsus, el trastabillarse, el olvido de los nombres propios y otras producciones inconscientes que, lejos de ser meros errores o equivocaciones, destinadas a ser corregidas por una suerte de policía de la salud mental, son producciones psíquicas genuinas, que exhiben la dinámica y lógica del inconsciente. El rendimiento de estas producciones, a pesar de su nombre –Fehlleistungen (Versprechen, Verhören, Versehen), acto fallido, rendimiento fallido, parapraxis, slip (Freudian, no Floydian), acte manqué–, es cualquier cosa menos fallido, sino un logro. En este texto, el Sprachdenken freudiano –sensible a las determinaciones recibidas por la lengua en tanto campo sociosimbólico en que el sujeto se inscribirse, así como a las diferencias de las lenguas al momento de materializarse dichas determinaciones– se encuentra con el pensamiento filológico de Hamacher. La descomposición de las palabras avanza inconteniblemente, desintegrando el tejido de las lenguas, disolviendo los vínculos establecidos entre fragmentos de habla, liberando cantidades de energía que demandan ser ligadas mediante nuevas investiduras.

Séptimo, Hamacher, podríamos conjeturar, de acuerdo con lo expuesto, más que un pensador fundacional, un pensador fundante, es un pensador de la Entsetzung, de la desposición, del desemplazamiento y de la dislocación. “Spurenlese im Bodenlosen”, “lectura o recogimiento de huellas en lo carente de suelo”, como escribe Christiaan Hart Nibbrig, el editor de Was heißt Darstellen?, volumen que contiene el célebre “Afformativ, Streik”. Lee [Lese] huellas, formulado como imperativo, como mandato a ser realizado en un médium que carece [los] de suelo o fundamento. Y, al mismo tiempo, cosecha o vendimia, también gathering, consumada en lo increíble, inaudito [bodenlos]. Y con esto retomamos el inicio de esta breve presentación. Spur, alto alemán antiguo spor para decir impresión del pie, es una indicación, por lo general de deposiciones materiales o impresiones que algo estuvo en un lugar. La interpretación de esas huellas, al igual que en el caso de la Deutung psicoanalítica, conduce a los límites de la representación, desafía la distinción entre el signo y la imagen y, en ocasiones, consisten en el desciframiento de un rebús. Dicho ejercicio, al mismo tiempo sin fondo y extraordinario, se perfila como un pensamiento que, de la mano de las huellas, siguiendo las indicaciones del λέγειν aspira siempre a abrirse a un pensamiento otro [anderes], no solo ajeno a las series establecidas con el propósito de institucionalizar la domesticación del pensar, sino un pensamiento verandernd, otreificante, othering. A pesar de que el gesto del admitir, del dejar ser y del permitir pareciera ser, al menos en principio, un gesto pasivo o del recogimiento, en ningún caso se trata de un pensamiento neutral o indiferente, tanto en el sentido de sus propias características como de sus repercusiones y efectos. Y es que se trata de un pensamiento áspero, esquinado, que da el cante.

El formidable texto de Federico Rodríguez “La ira de Dios. O el imperativo ideoclasta” recoge la convergencia entre dicha propulsión tormentosa [Sturm] hacia lo otro, la pujanza [Drang] perentoria a la dislocación, por un lado, combinada con el rigor exegético con el que despliega su contenido filosófico, por el otro. Al igual que en el caso de Hamacher, lo anterior se traduce en la inconfundible singularidad de su escritura, una escritura inclasificable, irreducible al canon académico actual. Es, nuevamente, lo afformativo, lo que atraviesa las líneas de este singular texto, que recoge con tanto cuidado como osadía algunos de los antecedentes filológicos y algunos fragmentos de la historia de la filosofía que se combinan en el emplazamiento de dicho término. Es, sin lugar a duda, un aporte significativo a la naciente recepción de este vocablo, que hasta el momento ha estado circunscrita a los antecedentes de Walter Benjamin y George Sorel. La lectura de Rodríguez es una lectura erudita y paciente que recorre distintos lugares textuales en los que Hamacher trabajó, a ratos, operando sobre su posición [Setzung] original. Todo lo anterior resulta en un intento por reflexionar, en un gesto radical, acerca de los fundamentos ontológicos del pensamiento de Werner Hamacher, examinando no solo sus textos, sino, asimismo, sus lecturas de Immanuel Kant, Heinrich W. von Kleist y Walter Benjamin. Dicho intento se inscribe en el marco del problema religioso de lo que Rodríguez distingue como la lucha iconoclasta surgida a propósito de la prohibición de la prohibición de imágenes religiosas. La ira, tanto la de Moisés, retratada en la escultura de Miguel Ángel, como la de Dios, es investigada en su íntima vecindad con la nihilización del ser.

Quisiera hacer mención al proyecto Fondecyt “Lengua, traducción, pensamiento: Hegel-Freud-Hamacher” (N° 1171146) que, gracias a su aporte en tiempo y recursos, permitió que se abriera paso la pulsión de saber de aquello que ese algo que, parafraseando a Hamacher, no se conoce, pero que sí lo coloca a uno bajo la impresión de que debe dirigir y dedicarle su atención para conocerlo a partir de la pregunta ‘qué es eso’: esa cosa7. Los encuentros con el propio Werner Hamacher en Fráncfort, que se volvieron posibles gracias al mentado proyecto y a su generosidad, las conversaciones ahí sostenidas –inconclusas, interrumpidas por su muerte inesperada– inspiraron la idea de este dossier. Agradezco asimismo a Gustavo Bustos, coinvestigador de este proyecto, cuya incansable voluntad de saber, su inagotable capacidad de lectura y su osadía al momento de pensar en distintas vías del pensar y del traducir, contribuyeron decisivamente a éste. Aprovecho, especialmente, de expresar mi gratitud a Shinu Sara Ottenburger por la cesión de los derechos de traducción de Über einige Unterschiede zwischen der Geschichte literarischer und der Geschichte phänomenaler Ereignisse. Va un agradecimiento especial a Nicolás Román, editor de la Revista de Humanidades, quien acogió con tanto entusiasmo como tenacidad, la propuesta, en un primer momento inmadura, incluso ingenua, en todo caso falta de precisión, que gracias a su dedicación fue cobrando (af)forma. Agradezco también a Lara Hübner por su paciencia a la hora de tolerar y su capacidad de corregir con amabilidad las innumerables transgresiones a las formalidades de la lengua con las que tuvo que vérselas a lo largo del proceso de edición de este dossier. Las observaciones de ambos a propósito de las traducciones y de la escritura de los artículos, que responden, tal como Nicolás y Lara constataron y me hicieron saber, se han visto afectados por la particular escritura de Hamacher y, en muchas ocasiones, aquí tomo una expresión de Lara Hübner, “dialogan formalmente con esa escritura”, son el testimonio vivo de su compenetración con los textos. Si ya la estructura formal de los textos suponía un desafío mayor para cualquier editor, la traducción de los textos escritos en alemán (Werner Hamacher, Caroline Sauter y Tillmann Reik), apegada a la sintaxis original y esforzada por retratar el trabajo con, sobre y en las palabras, no contribuyó precisamente a aliviar esta situación. El esfuerzo ha consistido en retratar dichas Entstellungen no como caprichos anárquicos o como piruetas antojadizas y narcisistas, sino como la inquebrantable voluntad de pensar la lengua en sus límites ya sean externos o internos. La opción de mantener algunos giros o términos en alemán colocándolos entre corchetes y en cursivas no debe ser entendida como un gesto altivo, acaso basado en la convicción de que existen lenguas del ser y otras lenguas, por defecto derivadas o menores, sino, de lo contrario, primero, como la decisión de que sea el lector, sepa o no la lengua en cuestión, el que decida si las operaciones formales retratadas son relevantes o no y, segundo, como una invitación a pensar entre lenguas, a abandonar el firme suelo de la lengua materna y a desplazarse y extraviarse, detrayéndose, en el espacio del entre.

Notas

1 Cfr. Werner Hamacher, “Epoche Gedicht. Celans Reimklammer um Husserls Klammern”. Keinmaleins. Texte zu Celan (Fráncfort del Meno: Vittorio Klostermann, 2019, pp. 143-180).
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