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Presentación: Pensar lo racial en las Américas. La radical sociología de Eduardo Bonilla-Silva

Mauricio Salgado
Universidad Andrés Bello, Chile

Presentación: Pensar lo racial en las Américas. La radical sociología de Eduardo Bonilla-Silva

Revista de Humanidades, núm. 42, pp. 419-424, 2020

Universidad Nacional Andrés Bello

A pesar de la heterogeneidad étnica

A pesar de la heterogeneidad étnica y fenotípica de la región, la investigación racial en América Latina ha sufrido un importante déficit de reflexividad. Así, aunque hay un gran cúmulo de evidencia sobre la exclusión de grupos indígenas y afrocaribeños, los análisis de los discursos y prácticas racializadas de quienes discriminan –muchas veces de forma solapada o inconsciente– son más bien escasos. Barandiarán, en su análisis sobre la investigación racial en Chile, explica este déficit por lo arraigado de ciertas creencias raciales que incluso los investigadores sociales reproducen (68). Entre ellas destaca el multiculturalismo de la inconsecuencia (negar las diferencias raciales y centrarse en aquellas que son menos amenazantes); el habla blanca (entender la raza como un problema que afecta solo a quienes tienen una, es decir, a los no-blancos); y finalmente, el racismo de sentido común (en que la racialización de grupos y prácticas se ha hecho tan rutinaria que devienen en heurísticas y sesgos raciales con los que actúa la mayoría). Cada uno de estos elementos, verdaderos obstáculos epistemológicos para indagar en lo racial en la región, ha llevado a muchos investigadores a pensar el racismo como un asunto del afuera: algo que ocurre en otros lugares, a otros sujetos, pues aquí, entre nosotros, no hay racismo. Para superar esos obstáculos epistemológicos y pensar el racismo en nuestro aquí necesitamos rigor conceptual y método.

Ante la necesidad de observar y nombrar lo racial en las Américas, en la Escuela de Sociología de la Universidad Andrés Bello organizamos en octubre del 2019 un coloquio académico sobre el tema, que tuvo como invitado principal a Eduardo Bonilla-Silva, profesor de Sociología de la Universidad de Duke y presidente de la Asociación Americana de Sociología. Bonilla-Silva es uno de los referentes mundiales en estratificación racial. Su presentación en este coloquio, titulada “Aquí no hay racismo?: apuntes preliminares sobre lo racial en las Américas”, será reproducida a continuación. Puesto que su obra ha sido publicada principalmente en inglés, en las siguientes páginas introduciré brevemente algunos de sus principales aportes.

Por más de tres décadas, Bonilla-Silva ha elaborado una sociología radical del fenómeno racial en términos ontológicos, epistemológicos y políticos, pues tematiza la raza como un hecho social, privilegia los factores estructurales antes que individuales para explicar lo racial y, por último, no solo devela las dinámicas históricas de jerarquización y conflicto racial, sino también se posiciona él mismo y su trabajo al servicio de la emancipación racial.

Para Bonilla-Silva lo racial debe ser analizado desde una perspectiva estructural. Por ello propone la noción de sistemas sociales racializados (en adelante SSR), en que las esferas económica, política, social e ideológica están parcialmente estructuradas por el posicionamiento jerárquico de los actores en categorías raciales. Estas categorías son construidas por los significados culturales atribuidos a características del fenotipo de los individuos (e.g., color de la piel, rasgos faciales). Si bien las categorías raciales aluden a rasgos biológicos visibles de las personas, esos elementos son socialmente reconstruidos, lo que no quiere decir que se trate de asuntos imaginarios, pues “Luego de que el proceso de fijar un significado a una ‘persona’ es instituido, la raza deviene en una categoría real de asociación e identidad grupal” (Bonilla-Silva, “Rethinking Racism” 472). Por tanto, su propuesta, radicalmente sociológica, consiste en comprender la raza como un hecho social. Para Bonilla-Silva las categorías raciales son tan reales que los actores llegan a sentir su carga como emociones racializadas: “Mientras los blancos creen que el sistema es justo, los subordinados racialmente experimentan la injusticia del sistema, llevando a cada grupo a desarrollar emociones que encajan con su segregación percibida” (Bonilla-Silva, “Feeling Race” 2). Así, emociones ante la presencia del otro como el amor y el odio, la atracción y el disgusto, la empatía y el miedo están cruzadas por la categorización y jerarquización racial.

En los SSR, quienes pertenecen a la categoría racial ubicada en la posición superior gozan de un acceso privilegiado a recursos valorados, gozan de mayor estima y poseen mayor libertad para trazar límites físicos y simbólicos entre ellos y los otros. Este posicionamiento jerárquico de los individuos –del que emergen prácticas y relaciones sociales específicas entre grupos racializados (lo que sociológicamente debemos entender por razas)– resulta en oportunidades de vida muy diferentes por la pertenencia a alguna de las categorías raciales. Estas diferencias, además, tienden a perpetuarse en el tiempo por diversos mecanismos de exclusión. Este nos permite identificar analíticamente a un sistema social racializado.

Puesto que las recompensas y recursos se distribuyen de modo diferenciado entre las categorías raciales, está en el interés de los actores el mantener estas jerarquías o impugnarlas, lo que redunda en el conflicto racial. Esta es otra característica de la radical sociología que Bonilla-Silva ha elaborado para pensar lo racial. En su teoría, es la materialidad de la desigual distribución de recursos y recompensas la que lleva a los actores a “desarrollar intereses objetivos distintos, los que pueden ser percibidos en su lucha por transformar o mantener un orden racial particular” (Bonilla-Silva, “Rethinking Racism” 470). Precisamente, lo que Bonilla-Silva denomina impugnación racial (racial contestation) alude a las luchas de los grupos desventajados (y a las resistencias de los grupos aventajados) por subvertir o mantener la posición que ocupan en la jerarquía.

Bonilla-Silva reserva el concepto de racismo para referirse al segmento de la estructura ideológica de los SSR que cristaliza los estereotipos y nociones raciales. El racismo provee de racionalizaciones para la interacción e intercambio sociales entre grupos racializados. La ideología racial depende de la estructura y conflictos particulares de las razas subordinadas, pudiendo tener una elaboración compleja (como en el apartheid), o más bien simple (como en la esclavitud), y ser expresado de modo abierto o encubierto. En los SSR, el racismo provee de reglas cognitivas (e.g., heurísticas, estereotipos) para percibir y lidiar con el otro. Por ello el racismo es mucho más que un elemento de la superestructura social: es “el mapa organizacional que guía las acciones de actores raciales en la sociedad” (Bonilla-Silva, “Rethinking Racism” 474). Así, aunque los SSR son actualizados en las prácticas cotidianas de los actores, estas pueden adquirir nuevas formas, lo que implica que la ideología racial también cambia. De hecho, Bonilla-Silva sugiere de modo contraintuitivo que el racismo puede existir sin necesidad de sujetos racistas –lo que también da cuenta de su radical sociología–. Por ejemplo, a pesar de que la discriminación racial abierta de antaño ha casi desaparecido del espacio público (y cuando se expresa puede ser sancionada política, normativa y legalmente), las ventajas y desventajas de los grupos racializados persisten y la ideología racial continúa operando. Bonilla-Silva ha caracterizado el racismo norteamericano posterior a la década de los sesenta como color-blind, en el que las diferencias raciales son explicadas como el resultado de dinámicas no-raciales (Bonilla-Silva y Dietrich). En el racismo color-blind, no es la inferioridad moral o biológica la que explica el rezago de los afroamericanos y, en la actualidad, de los inmigrantes latinos; es su falta de preparación para labores mejor remuneradas, o el escaso interés que muestran por integrarse a la cultura de la sociedad en la que viven (Bonilla-Silva, Racism). En el racismo color-blind se apela al universalismo liberal clásico para cuestionar los discursos y prácticas que buscan atenuar la jerarquización racial existente (e.g., criticando las políticas de acción afirmativa porque ellas mismas serían racistas al diferenciar a unos individuos de otros, o porque son contrarias a mecanismos meritocráticos ciegos al fenotipo individual). Se trata de un racismo solapado, paradojalmente no racial, que al ser abstracto y descontextualizado, pueden reproducir tanto blancos como no-blancos.

La radicalidad de la observación sociológica de Bonilla-Silva también se refleja en su capacidad para abordar reflexivamente los desafíos que fenómenos contemporáneos presentan para la teoría racial y la praxis emancipadora. Muy lejos de considerar la elección presidencial de Donald Trump en Estados Unidos como un accidente histórico o el reflejo de una monumental derrota política e intelectual, Bonilla-Silva abordó este acontecimiento desde la teoría racial para reflexionar en torno a tres preguntas urgentes: ¿cómo debemos lidiar con los racistas?, ¿cómo abordar las ansiedades de la clase trabajadora blanca? y ¿qué tipo de racismo es hegemónico hoy en Estados Unidos? Bonilla-Silva escribe: “Por vocación, no soy un ‘teórico’, más bien me veo como una persona muy práctica cuyo objetivo es, años después de transformarme en un ‘intelectual’, ser parte de un esfuerzo colectivo por ‘transformar el mundo’” (Bonilla-Silva, “Toward” 1776). Para Bonilla-Silva, la teoría puede entonces devenir ella misma en una fuerza material transformadora. La radical sociología de Bonilla-Silva consiste también en entender la teoría como una herramienta de comprensión, explicación y transformación social.

En el documento inédito que publicamos a continuación, “Aquí no hay racismo?: apuntes preliminares sobre lo racial en las Américas”, Bonilla-Silva utiliza varios de estos conceptos y hallazgos para pensar y cuestionar lo racial en nuestra región.

Bibliografía

Barandiarán, Javiera. “Researching Race in Chile”. Latin American Research Review, vol. 47, n.º 1, 2012, pp. 161-76.

Bonilla-Silva, Eduardo. “Feeling Race: Theorizing the Racial Economy of Emotions.” American Sociological Review, vol. 84, n.º 1, 2019, pp. 1-25.

_. Racism without Racists: Color-Blind Racism and the Persistence of Racial Inequality in America. Lanham: Rowman & Littlefield, 2017.

_. “Rethinking Racism: Toward a Structural Interpretation”. American Sociological Review, vol. 62, n.º 3, 1997, pp. 465-80.

_. “The Essential Social Fact of Race”. American Sociological Review, vol. 64, n.º 6, 1999, pp. 899-906.

_. “Toward a New Political Praxis for Trumpamerica: New Directions in Critical Race Theory”. American Behavioral Scientist, vol. 63, n.º 13, 2019, pp. 1776-88.

Bonilla-Silva, Eduardo y David Dietrich. “The Sweet Enchantment of Color-Blind Racism in Obamerica”. The Annals of the American Academy of Political and Social Science, vol. 634, n.º 1, 2011, pp. 190-206.

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