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“Esculpamos en noble ejercicio, la belleza del cuerpo viril”. El club de gimnasia científica (1926): El club de gimnasia científica. Santiago, Imprenta El Esfuerzo, 1926

Alex Ovalle Letelier
Universidad de La Serena, Chile
Daniel Briones Molina
Universidad Bernardo O’Higgins,, Chile

“Esculpamos en noble ejercicio, la belleza del cuerpo viril”. El club de gimnasia científica (1926): El club de gimnasia científica. Santiago, Imprenta El Esfuerzo, 1926

Revista de Humanidades, núm. 45, pp. 251-284, 2022

Universidad Nacional Andrés Bello

Señalar que la inserción de la actividad física y el deporte ha tomado fuerza entre los investigadores, a estas alturas, parece un lugar común. Las perspectivas surgidas durante el último lustro son prueba de que en tanto problema ya no es una novedad. La larva se convirtió en crisálida (Quitián 30) en América Latina y ya contamos con una breve, pero contundente tradición de estudios socioculturales dedicados al fenómeno. En un afán de contribuir, de profundizar aún más, desde la vereda histórica, se presenta una documentación que complementa lo que ha despertado el interés del quehacer historiográfico recientemente.

Estamos ante una tradición intelectual que tuvo lugar en los inicios del siglo XX en Chile, momento en que los idearios liberales fuertemente arraigados durante la segunda mitad del siglo XIX, se consolidaron junto al nacionalismo posterior a la Guerra del Pacífico (1879-1883) de acorde a la modernización, solo posible por la bonanza salitrera (Rinke). Vale decir, una cultura compleja que yuxtapuso diversas corrientes que provenían de Europa, Estados Unidos y de la intelectualidad criolla. Por lo tanto, cabe abundar en los alcances y en los mecanismos, como sostuviera Darnton, de una manera orgánica, lenta que dista de las superposiciones ideológicas tan caras de las interpretaciones de finales de los años noventa y dos mil. La sociedad civil, participó de la deportivización, del liberalismo ilustrado, hizo suyo el “discurso liberal” del Estado nacional oligárquico. Se reprodujo y lo convirtió en una lección civilizatoria (Devés).

Sumado a esto, cabe señalar una última internalización discursiva por los sectores medios y populares que dice relación con cierto afán cientificista y pedagógico que permite la proliferación de ideas higienistas vulgares. Los discursos sobre el cuerpo, fueron constitutivos de “un lugar de hablas”, compuestos por médicos, profesores, abogados, en definitiva, por quienes pasarían a ser los profesionales liberales.

La actividad física se consideró como una fuente de múltiples beneficios para la población y la aplicación de prácticas eugenésicas en pos del mejoramiento de la raza fueron aceptados por la opinión pública en distintos ámbitos (Sánchez). Este tema ha sido estudiado en diversos contextos (Torrebadella-Flix y Dogliotti), y para el caso chileno, Felipe Martínez ha logrado demostrar cómo la instalación de la Educación Física en Chile, entendida como una disciplina pedagógica, estuvo asociada a un discurso que buscaba moldear cuerpos y dotar de carácter fuerte y disciplinado a la población (“Construyendo” 100-1). Bajo este escenario, la disciplina pedagógica de la actividad corporal, en la medida que respondía a solucionar todos males sociales, que se relacionaban con las conductas licenciosas, el alcoholismo, la despreocupación, la ignorancia, junto con la pobreza espiritual y material.

Un acercamiento desde la biopolítica, permite considerar que surgieron discursos exclusivos para la Educación Física, en la instrucción pública, pero también la proliferación de clubes gimnásticos y deportivos cumplieron un papel fundamental en la diseminación de dichos preceptos higienistas. Es decir, tanto las políticas públicas del parlamentarismo como el interés por distintos estadios de la incipiente sociedad civil, que ya presentaba rasgos de consolidación en el contexto de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria (1920), y la ulterior promulgación de la Carta Magna de 1925.

En definitiva, la formación de clubes fue el vehículo que tuvieron las comunidades de ciudadanos para que un espíritu asociativo entrara a al espacio público burgués (Agulhon). Nos referimos a que la cultura liberal fue concebida a partir de una matriz fuertemente masculinista, donde los círculos y sociedades generaron costumbres e identidades solo replicables entre varones2.

Ya hemos abordado, en otras ocasiones, este tema, circunscrito en la práctica futbolística y pugilística de principios del siglo XX (Ovalle y Briones; Ovalle “El ring…”; “Deporte…” y “Prensa…”; Briones). Fueron característicos de una apropiación y compresión de la actividad deportiva como constructor de ciudadanos de identidades nacionales, muy presentes durante el centenario de la república. Sin embargo, el elemento biopolítico y eugenésico había sido tomado en cuenta de una manera tangencial, por los trabajos recién nombrados.

Es por ello que el documento que presentamos a continuación da muestra de una realidad que si bien ha sido estudiada historiográficamente, no se ha agotado, sobre todo si se considera que la mayor parte de los aportes de otros investigadores se han centrado en la década de 1930 (Santa Cruz, Acuña) cuando el Estado definió políticas específicas respecto del entrenamiento físico de los chilenos, por lo tanto contar con noticias previas, se vuelve de utilidad en aras de la comprensión de un fenómeno que fue tomando forma y no fue una elaboración ex nihilo. En suma, la política aplicada es la respuesta a una tradición que se venía gestando por lo menos desde 1910, cuyo eje fue la cuestión social cuyas consecuencias –como existe algún grado de consenso en los historiadores– fueron más bien sanitarias que económicas.

Nuestro argumento parte de la premisa de que fue el liberalismo y no el nacional desarrollismo, como se tiende a creer, el que instaló dichos discursos sobre el cuerpo. El Estado no construyó deportista, sino que el deporte fue un coadyuvante a la gestación de algunos rasgos distintivos de la sociedad de la época.

El club de Gimnasia Científica (1924) se planteó desde un comienzo desarrollar una gimnasia inspirada en los valores del estudio científico de Pedro Ling (1776-1839), que consistían en educar el cuerpo por medio de un ejercicio y movimientos metódicos que traerían no solo mejorías en el rendimiento físico y desarrollo muscular, sino también, contribuirían a la formación del carácter y las buenas prácticas.

El documento se publicó en 1926 como un boletín conmemorativo del segundo aniversario del club, en él se reúnen una serie de publicaciones relacionadas con la obra y vida de Ling, la visión de la actividad que poseían los profesores de la ejercitación, los estatutos del club3, las listas de los cursos, los socios e incluso el himno de la institución. Como un todo, es un documento valioso para la compresión de la actividad, incluso como, una radiografía del Chile de la década de 1920, en el contexto de la discusión del alcance de la pedagogía del cuerpo, en el uso/abuso de la gimnasia y la construcción del carácter patriótico.

En primer lugar, el himno está escrito por el conocido poeta Benjamín Velasco Reyes (1889-1957), que entre sus obras figura “La mujer obrera” o “Música lejana” entre sus más conocidos. Una visión sobre la pedagogía de cuerpo del profesor Óscar García sumada a la alocución de Joaquín Cabezas complementada con la de la profesora Ruth Kock4, quien se educó en la gimnasia sueca. Finalmente, es posible observar la forma en que el discurso de Pedro Ling buscó proyectar una imagen de una “juventud masculina, física y patriota” que dialoga con la propuesta eugenésica de Bisquertt. Es por eso que rescatamos la frase de del himno de Club de Gimnasia Científica, que pregona la búsqueda “Esculpamos en noble ejercicio, la belleza del cuerpo viril”.

La transcripción in extenso, se presenta a continuación.

El club de gimnasia científica. Santiago, Imprenta El Esfuerzo, 1926 El club de gimnasia científica5 (en el segundo aniversario de su fundación)

Abismo Pectore

Nuestra bisoña institución, al celebrar su segundo aniversario, cumple con un santo propósito al lanzar este opúsculo, gratuitamente al viento del porvenir, saturado y caldeado de optimismo para ayudar a levantar y orientar a nuestra juventud sobre un problema de vital importancia y que en todos los países civilizados está a la orden del día.

El Club de Gimnasia Científica nacido y acariciado por los ardientes rayos de un sol de esperanza, de amor y de progreso, ha albergado en su generoso seno la llama el ideal de servir noblemente.

Hubiéramos deseado permanecer ocultos y silenciosos, como las fuentes y los lagos, como el obrero anónimo que desde las entrañas de la naturaleza extrae muy quedamente el fruto de su trabajo y de un dolor: pero ante el peligro que se nos tache de egoístas y convencidos del bien que haremos, ofrecemos este fruto que tiene el fin patriótico y bello de educar.

Himno del Club de Gimnasia Científica.

(A mi amigo don Humberto Espinoza)

Compañeros: el alma encendida

En la luz del más puro ideal,

Consagraremos en flor nuestra vida

A seguir el camino triunfal

Como el sano optimismo se abraza

Nuestra ardiente, sin par juventud,

Defender el vigor de la raza

Sea nuestra más firme virtud

Alejados del ocio y del vicio,

Cual se crea una estatua a buril,

Esculpamos en noble ejercicio

La belleza del cuerpo viril

Con la Ciencia, el Trabajo y el Arte

Lograremos la dicha mejor;

Sobre lo alto de nuestro estandarte

Luzca siempre sin mancha el honor

La visión de la patria nos guía

Con su hermoso fulgor tutelar:

Cada vez con mayor energía

Por su gloria debemos luchar

Anhelantes de fe y esperanza,

Lograremos con nuestro poder

Lo que solo en la vida se alcanza

En las luchas del sano placer

Nuestro heroico entusiasmo de atletas

No debemos jamás abatir,

Y veremos radiar en las metas

la alborada de un gran porvenir

a ganar un laurel y una palma

dediquémonos, pues, con pasión:

la belleza del cuerpo y del alma

sea el culto de nuestra misión

perfumado de amor y alegría,

desterremos el mal con el bien;

y al final de la ruta bravía

nos dará una existencia en Edén

elevemos un canto sencillo

al deporte que es fuerza y salud;

¡y que triunfen con mágico brillo

Nuestra ardiente, sin par juventud!

Benjamín Velasco Reyes

Santiago, agosto 1925.

Pedro Enrique Ling

Nació el 15 de noviembre de 1776 en Ljunga, pequeña aldea en el sur de Suecia. A los 4 años de edad perdió a su padre y era muy joven cuando murió también su madre.

Sin recursos abandonó temprano el hogar paterno para cursar las humanidades en el liceo de Vexji. Se dice de él que como colegial tenía un “genio tieso y testarudo. Pero muy alegre y amigo de las payasadas”. A principios del año 1793 inició sus estudios en la Universidad de Lund, donde permaneció solo un año para continuar enseguida, sus estudios en la Universidad de Upsala.

Después se radicó en Estocolmo, permaneció allí en calidad de profesor particular hasta el año 1799, época en que se dirigió a Copenhagen. Aquí tuvo Ling que luchar, sin tregua, por el sostén de la vida y se dedicó a dar clases de idiomas especialmente inglés, francés y alemán, que había aprendido a la perfección en sus largos viajes en el extranjero. Se ocupaba, al mismo tiempo, tesoneramente a profundizar sus propios conocimientos en estos idiomas y en el aprendizaje de otros.

Durante su permanencia en la capital de Dinamarca, sucedió un hecho que, más tarde, tuvo un influjo de suma importancia para toda su vida.

En sus numerosas excursiones, debido al escaso abrigo, su brazo derecho fue atacado de un fuerte reumatismo a tal extremo que estaba amenazado de que le quedase inmóvil. Después de haber usado, en vano, los remedios corrientes, se le ocurrió a Ling tratar de devolver la vida al brazo enfermo por medio del movimiento y esfuerzo, llegando, de este modo, a ser discípulo de dos esplendidos esgrimistas franceses. El resultado de estas clases de esgrima fue la curación completa del brazo y que Ling, al mismo tiempo, alcanzase una destreza tal en el arte de la esgrima que llegó a superar a sus profesores. La fama de su habilidad se extendió vastamente y según se cuenta de aquellos tiempos: “Ling poseía tal flexibilidad y fuerza que luchaba con dos o tres adversarios a la vez, pudiéndoles desarmar con la misma facilidad, y sea quitándoles el arma de la mano con un golpe o recibiendo tranquilamente con pecho desnudo el golpe del sable que esquivaba por medio de un rápido movimiento y una contracción muscular.

Cuando al visitar nuevamente la sala de esgrima en Copenhagen, después de muchos años de ausencia, sin ser reconocido, Ling vence a todos, el profesor danés de esgrima exclama; “O es el diablo, o bien es Ling”

En el año 1805 tuvo su nombramiento de profesor de esgrima en la Universidad de Lund. Los años que permaneció en Lund fueron, sin duda, los más felices de su vida. Aquí pude dedicarse con tranquilidad a su labor y preparar el proyecto grandioso que siempre se presenta ante un espíritu inquieto, es decir: fundar una institución del Estado para preparar profesores de educación física para el pueblo sueco.

Con la juventud universitaria como material, estudia los efectos de los movimientos, discurre nuevos tipos, crea su bagaje de ejercicios y echa las bases de su sistema. Ling amaba la juventud y ese sentimiento fue calurosamente correspondido. Para los estudiantes de la Universidad de Lund se considerará siempre como un alto honor el haber podido contribuir en algo a la creación de la obra genial de Ling.

Ling supo comunicar a sus discípulos el interés más ardiente por su causa, y de él se puede decir con razón que: “quien quiere encender tiene que arder primero él mismo”. Casi fue consumido por la energía indomable que desarrollaba para hacer progresar su obra. La juventud contemplaba con admiración al portador de todo este entusiasmo y fuerza, y le daba su cariño entero de todo corazón. Ling amaba a los niños y a la juventud, y fueron ellos sus mejores compañeros durante toda su vida.

Por medio de estudios constantes de la anatomía y de la fisiología, de las bases de los ejercicios físicos, en general, y del influjo especial de los ejercicios gimnásticos en el organismo humano, logró Ling elevar la gimnasia a una ciencia.

Que cada creación nueva es difícil, pudo Ling palpar en muchas ocasiones. Sin embargo no se rindió, sino que con su celo ardiente, voluntad férrea y tenacidad constante, venció, poco a poco, todos los obstáculos para la realización de su obra.

En el año 1813 fue fundado en Estocolmo, por orden real, El Instituto Central de Gimnasia, cuyo cuerpo de profesores se componía, al principio, de Pedro Enrique Ling, únicamente

Ahora empezó allí con base anatómica a formar los principios de una gimnasia nacional. La idea fundamental de Ling era de producir ejercicios, los cuales, según las diversas necesidades individuales, correspondían a las leyes mecánicas, anatómicas y fisiológicas que rigen nuestro organismo.

Su espíritu inquieto y fuerte, lleno de entusiasmo por sus ideas, hizo sufrir a Ling cuando no se veía comprendido. Componía generalmente sus libros, dictando, andado al mismo tiempo. De este modo podía continuar todo el día y también una parte de la noche hasta que lo vencía el agotamiento. Como conferenciante se expresaba con elocuencia arrobadora. Sus discípulos lo idolatraban. En el año 1821 hicieron fundir una medalla que por un lado presentaba el busto de Ling y por el otro un arpa y un sable con l inscripción: “Al maestro muy querido, una manifestación de gratitud por su enseñanza”.

Ling murió el 3 de mayo de 1839 y, conforme a su propio deseo, fue enterrado en el sitio que él mismo había arreglado en su quinta de Annelund.

Sobre la tumba, donde descansa uno de los hijos más geniales y nobles de Suecia, fue erigido en 1848, por medio de una suscripción popular en todo el país, un monumento de granito, como inscripción es tan clara como sencilla:

“LING” 1776-1839

Ruth Kock

Visitadora de educación física y titulada en el Instituto Central y Real de Estocolmo (Suecia)

Historia del Club de Gimnasia Científica

Don Joaquín Cabezas

Director del Instituto Superior de Educación Física, presidente honorario de nuestro club y el introductor en Chile de la gimnasia de Ling. Su obra es un símbolo que encarna el ideal moderno de la educación física.

El centro de alumnos del Instituto Superior de Educación Física, compartiendo la trascendencia que tiene para nuestro pueblo el proporcionarle los medios para la práctica de los ejercicios físicos y compenetrado mucho más de lo que el grueso publico cree de la necesidad de encauzar la educación física; en el sentido de hacer de ella un hábito realmente saludable y útil, venía sosteniendo cursos nocturnos y gratuitos de gimnasia hace muchos años, que aunque funcionaron con algunas intermitencias, quedó bien de manifiesto el ambiente favorable en que podían desarrollarse con un mayor alcance social actividades de este género.

Fue así y por las consideraciones anteriores cómo el centro antes mencionado, en el año 1923, siendo presidente don Víctor J. Seguel, reabrió estos cursos de gimnasia para estudiantes, empleados, profesionales, obreros y quien quisiera aumentar su potencialidad física. Necesario es recalcar aquí la circunstancia de que los profesores de este curso –alumnos y exalumnos del Instituto Universitario nombrado– por estar ocupados todo el día y dando muestra de gran desprendimiento, debían desarrollar sus clases en la noche y en una forma desinteresada en absoluto.

El año siguiente, en abril de 1924, la primera obra de extensión social del centro fue abrir un curso de gimnasia científica, que respondía a necesidades verdaderamente sentidas y cuya importancia cierta palparon cada uno de los profesores.

En tres puntos principales podrían concentrarse la importancia y alcance de esta obra: 1.° Hacer que la práctica de los juegos atléticos y deportivos se base en el entrenamiento físico que procura la gimnasia metódica y racional de Ling, contribuyendo de esta manera a evitar los graves e inconvenientes y peligros a los que están expuestos los atletas y deportistas de nuestros días que carecen de orientación en la materia. 2.° Los cursos nocturnos, a más del beneficio directo que reportan al organismo en el orden físico, apartan a la juventud de la cantina, prostíbulos y demás vicios tentadores que aniquilan y matan paulatinamente a nuestra raza. 3.° La importancia que emana de la propaganda y vulgarización de la gimnasia sueca, que descansa en principios universales de anatomía, fisiología e higiene.

Pero, la necesidad de dar independencia y extensión a esta obra llamada a alcanzar amplio desarrollo, hizo que los profesores del curso y el Centro de que dependía, pensara en construir una institución que con toda libertad la tomará a su cargo. Vista la conveniencia de este cambio y con acuerdo del Directorio del Centro, el domingo, 6 de julio de 1924, en gran asamblea, se daba por fundado el “Club de Gimnasia Científica”, nombrándose al efecto una comisión provisoria de organización, formada por el Directorio del Instituto, señor Joaquín Cabezas, del profesor del Estado señor José Porras Castillo y del alumno señor Emilio Morales C. este es lo que podríamos llamar el prólogo de la nueva sociedad que brotaba la vida como una llamarada, pletórica de entusiasmo.

La labor desarrollada por esta institución, única en su género en el país, ha sido eficiente, mereciendo la satisfacción de sus fundadores. Demás está dejar constancia del interés con que los alumnos han asistido a las clases y del beneficio evidente que se ha comprobado anualmente, tanto en su desarrollo muscular como en la mayor regularidad de sus funciones vitales.

El Club de Gimnasia Científica, obedeciendo a los principios que forman su amplia esfera de acción, se ha preocupado también de ofrecer a sus socios activos conferencias gráficas de cultura física y excursiones pedestres, como forma de aprovechar los conocimientos adquiridos durante sus clases.

En el año actual, el Club cuenta con tres cursos, con una asistencia social de 80 alumnos y una matrícula superior a ciento. Nuestra institución, con el amparo y la cooperación decidida de los profesores Óscar García, José Porras Castillos, Víctor J. Seguel, Emilio Morales Corbet, Lisardo González, Benjamín Ramírez, Efren Soto y Humberto Díaz Vera ha sido como un laboratorio en que se han ofrecido la salud, se ha templado el carácter y se ha moldeado la belleza, gratuitamente, a la juventud que sueña y trata de perfeccionarse.

La gimnasia científica

Por el profesor Óscar García

La necesidad del ejercicio corporal como un medio eficaz para el perfeccionamiento, mejoramiento y mantención de la salud, es una cuestión que en los tiempos presente nadie discute ni niega.

La educación física reposa hoy en día del estudio del hombre y de las leyes que presiden su desarrollo. El sistema –en gimnasia como en todas las cosas– nos ofrece el medio más rápido y seguro de obtener el resultado que se busca, el cual es de capital importancia en la especie, pues se trata de la salud, del perfecto equilibrio de todas las fuerzas físicas y morales del individuo.

Así como Inglaterra, Bélgica, Dinamarca, Holanda, Francia y cien naciones más han fundado institutos para la enseñanza de la gimnasia según los principios de la gimnasia sueca o de Ling, así también nuestro país ha precedido a llenar esta necesidad despreciando los ataques de los partidarios de otras escuelas que han sido profundamente hostiles a la educación física científica.

“La gimnasia de Ling es buena únicamente para los enfermos”, gritan frecuentemente y agregan: “se ha establecido para los hombres del norte de Europa y nosotros estamos en Chile”. Sin embargo, nosotros que hemos practicado y seguido sus principios, sabemos y comprendemos cuánta necesidad llena y cuánto bien nos ha hecho.

Ha pasado el tiempo del chauvinismo ciego, de la ignorancia decretada, del error dogmatizado por una razón de Estado… o por cualquier otra cosa. La doctrina de Ling no es exclusivamente sueca, como no lo son ni pueden exclusivas las de Pasteur y las de Edison. Estas, como aquellas, forman parte del patrimonio de la humanidad.

Hasta ayer, dos sistemas disputaban la hegemonía: de un lado del empirismo con la gimnasia de aparatos, lo que constituye el pasado; del otro, la razón y la ciencia con la doctrina de Ling, es hoy el presente y será el porvenir.

Es menester no imaginarse que los partidarios de la gimnasia científica no rechacemos todos los movimientos en aparatos. No. No los aceptamos bajo la condición de que ellos tengan una misión educativa y no únicamente movimentada. Cuando ellos obedezcan solo a la razón del movimiento deben ser considerados como aplicaciones deportivas propias de los elegidos, de los sobresalientes.

Pero, dar un lugar a estos ejercicios en la parte educativa de la gimnasia, colocarlos codo a codo con los ejercicios esencialmente higiénicos, estéticos y correctivos del sistema de Ling, significa: o negarse a comprender los principios de dicho sistema, o bien y por cobardía, crear conscientemente una confusión deplorable de una verdadera capitulación, desde el punto de vista pedagógico.

Los partidarios del sistema científico con este no quedaremos, pues él llena y satisface ampliamente las razones educativas, pedagógicas, psicológicas, fisiológicas, etc., que son de esperar de su tesonera y perfecta aplicación.

Veamos entre tanto en qué se apoya la prioridad de nuestro sistema sobre los otros conocidos.

En los comienzos del último siglo, la Suecia se sentía agotada por la tuberculosis y el alcoholismo. Uno de sus hijos, Pedro Enrique Ling, tomó a su cargo, la tarea de acabar, aunque fuese con el primero de estos males, renovando los procedimientos de la educación física en práctica en aquellos años y cuya inferioridad estudió y encontró basada en un peligroso empirismo.

Paras satisfacer este anhelo estableció lógicamente en qué proporción debía ser trabajada cada una de las partes del cuerpo, teniendo en vista no solamente en el crecimiento local de las fuerzas musculares, sino también y sobre todo, el desarrollo racional, completo y el juego armónico, regular, preciso de todos los órganos.

Apoyado su sistema en la anatomía y la fisiología humana, no descuida el equilibrio fisiológico del cuerpo; se dedica a aumentar el valor físico general del individuo, la fuerza de resistencia antes que la muscular, pues esta nos llega en cierto modo, sin que la busque.

El sistema de Ling tiende antes que todo a desarrollar la capacidad de oxidación; a ejercitar, a dar agilidad y fortificar los órganos de la caja torácica, fuelle vital del ser humano. Él enseña a respirar. Es el único sistema que se ha preocupado con preferencia de esta materia; enseñar a inspirar profundamente y a expirar completamente, no solo por sus movimientos especiales llamados respiratorios, sino todavía por el empleo regular, metódico, intensivo de ciertos ejercicios naturales como la marcha, la carrera y el salto, que sobre-excitan el trabajo de la respiración y dan de esta suerte a los órganos del pecho la destreza y el desarrollo, la fuerza máxima de resistencia. ¿No es esto absolutamente lógico? Antes de probar la energía de una máquina, ¿no es menester que su fuelle generador funcione bien? Antes de ejercitar sus engranajes y de utilizar sus potencias motrices, ¿no deben de asegurárseles los medios de hacer provisión de combustible y de desprenderse de los residuos de la combustión?

Desde este punto de vista son esencialmente valiosos y considerables los resultados alcanzados. Las experiencias en Suecia y fuera de ella han demostrado que tórax estrechos, escuálidos, se ensanchan, desarrollan y fortalecen a la simple vista, por decirlo así; al caso que por efectos de un ejercicio equilibrado muscular el dorso se endereza y fortifica, los hombros se fijan hacia atrás y en general el cuerpo entero adquiere una postura ágil, de forma perfecta.

“La gimnasia sueca se basa en el cuidado de la oxidación; se dirige sobre todo a los pulmones por medio del desarrollo de la caja torácica”, escribe el doctor Tissié, el más anciano y autorizado de los propagandistas de la gimnasia de Ling

El doctor Michaud agrega: “La gimnasia sueca reúne tres ventajas: 1.° Conviene a todos; 2.° Reglamenta el ejercicio de todos los músculos del cuerpo por medio de una progresión muy sabia y muy racional; 3.° Ejerce de suerte muy metódica una influencia considerable sobre las cuatro grandes funciones del organismo, que se llaman, la respiración, la circulación, la nutrición y la inervación”.

“La condición fundamental de todo buen sistema de ejercicios muscular consiste en que pueda ser aplicado a todos los miembros de la gran familia humana y en que sea aplicable tanto al hombre como a la mujer, al niño, al anciano y al adulto”.

“Por la simplicidad y la variedad de sus medios, el sistema de Ling realiza maravillosamente esta primera condición; ningún método en mi concepto, procura el trabajo de manera tan racional y progresiva como el sistema sueco.

Los que han practicado sus ejercicios saben con qué cuidado se buscan en ellos la perfección de las actitudes, con qué insistencia solicita el profesor la hiperextensión de la columna vertebral, la colocación de los hombros atrás, el ensanchamiento de la caja torácica, la contracción de los músculos abdominales; cómo celosamente persigue las cabezas inclinadas que disminuyen la extensión de la columna cervical, los dorsos gibados, los hombros caídos, los abdómenes demasiado salientes”.

“Ningún sistema exige tanto trabajo, tantos esfuerzos a los músculos dorsales y abdominales; ninguno se preocupa en el mismo grado del crecimiento del pecho y yo no conozco, por mi parte, nada más probatorio ni más interesante que el maravilloso desarrollo de esos músculos del dorso, que salen de los omoplatos y de la pelvis y se esparcen a la altura de toda la columna vertebral.

El estudio fotográfico de ellos merecería que nos extendiéramos profusamente: basta haber practicado algún tiempo los más simples de estos movimientos para darse cuenta del esfuerzo que ellos necesitan y del trabajo que realizan. Así habla el doctor Michaud

Esta gimnasia científica es la que nos permite esperar para el futuro el mejoramiento de nuestras desmadradas condiciones físicas, en esta época presente en que la vida moderna áspera y ruda exige caracteres fuertes, de resoluciones rápidas y de acciones inmediatas

Esa necesidad del ejercicio corporal metodizado, científico, parece imponerse con caracteres de urgencia suma en los días que corren, pues así como antaño corríamos el peligro de ser invadidos por las teorías y principios empíricos a que ya me he referido, con detrimento de la verdadera educación corporal, en los tiempos presentes parece desencadenarse sobre nuestra juventud y desgraciadamente también sobre muchas autoridades, el convencimiento de que los juegos atléticos y el deporte deben reemplazar nuestra educación corporal. Error profundo y maquiavélico que el ser llevado a la práctica tendría las fuertísimas consecuencias que alcanzó en Grecia el paroxismo deportivo en el periodo alejandrino y que determinó su decadencia, cuando se transformó el espíritu educativo de los ejercicios del gimnasio.

La gimnasia científica es la única fuente de preparación para los esfuerzos considerables y sostenidos del atletismo y de los deportes. Nuestra juventud entregada a ellos sin la base del ejercicio científico, inevitablemente va a ver en el agotamiento físico y nervioso.

No le está permitido a todo el mundo llegar a ser un gran corredor, un boxeador, etc., como no lo está tampoco a todos llegar a ser un Carusso. Es menester poseer cualidades especiales y el abuso del entrenamiento al cual se entregan con furia loca los ilusionados del deporte, tiene una influencia desastrosa sobre la salud.

Si los ejercicios físicos de educación corporal combaten eficazmente las pérdidas nerviosas facilitando los cambios químicos más numerosos y más rápidos de nuestra economía, su abuso entraba estos cambios o los modifica.

La preocupación del presente es de hacer más útil el trabajo del cerebro y de los brazos. El prodigioso desarrollo de la industria y de las máquinas alcanza una extrema intensidad y la ley del agotamiento necesariamente debe fijar un límite a la aspereza de ganar.

En los ejercicios físicos se busca un remedio a la fatiga nerviosa cuando esta llega a ser grande. El remedio es excelente; pero como todo remedio, rápidamente puede transformarse en veneno.

Los éxitos motores más repartidos, el alcohol y la morfina, no hacen sino aumentar el neurosismo y la emotividad; paralizan la atención y destruyen el juicio.

Es tiempo de reaccionar. Pero ante todo es menester que los ejercicios físicos, que justamente constituyen un excelente tónico del sistema nervioso, combinado con la hidroterapia, contribuyan al aumento de la fatiga nerviosa.

El abuso del ejercicio físico y sobre todo del atletismo y de los deportes pueden crear un estado de entrenamiento de la sugestibilidad y al automatismo que por su parte no haría sino duplicar la fatiga. Los autómatas como los sonámbulos o los hipnóticos y otros sugestivos, proceden siempre con un desgaste nervioso muy considerable.

La educación física es salvaguardia para el porvenir; su abuso es un paso a la decadencia.

Nosotros debemos procurar que bien comprendida y mejor aplicada ella dé fuerza y salud a nuestro pueblo, en una voluntad nacional reflexionada y siempre sostenida, sin la cual ninguna obra humana podría subsistir.

La gimnasia y la belleza. De la forma

Doctor y profesor de educación física L. Bisquertt Susarte

“Dad a vuestro cuerpo y vuestra

Alma todas las bellezas que sean

Susceptibles de adquirir”

PLATÓN

La adquisición de la belleza externa del tipo humano. La marcha hacia la perfección de la forma, está lejos de ser un asunto de interés únicamente artístico. Es evidente que el hombre, como el animal, es tanto más bello cuanto más se acerca al canon normal de su especie.

Sus condiciones de resistencia y de aptitud en la lucha por la vida, son también mayores mientras más se aproxima a las características raciales, al tipo etalón. Y la naturaleza nos muestra, donde quiera que miremos cualquiera especie animal que examinemos, que los sujetos más sanos, más fuertes, más aptos, son también los más hermosos. El puma de nuestra montaña que perseguido implacablemente por el hombre y rechazado a las cumbres desiertas e inclementes, lucha rudamente por su existencia, es sin duda, más bello y fuerte que el perro obeso de solterona, recluido en habitaciones y cebado personalmente por su dueña.

Los naturalistas han comprobado que los seres que más se alejan de la morfología típica de su especie son los que menos resisten cuando las condiciones de medio ambiente y de la lucha por la vida, les son desfavorables. Así por ejemplo, se ha notado durante las grandes tempestades que las aves que perecen son aquellas cuyo carácter somatométricos se apartan más del tipo fundamental de la especie.

En general, la perfección y normalidad de la forma, siempre trasparentada por la sensación de la belleza externa que da, está en razón directa con la perfección y normalidad de la función. Los trastornos de esta, no tardan entonces, que la belleza de la forma significa salud, resistencia, fuerza, al paso que su fealdad y decaimiento expresa morbidez, inepcia. debilidad6. Así, pues, cuando la forma decae apartándose del canon normal y sus variaciones raciales e individuales, como ocurre en el civilizado sedentario actual, se entra francamente en el dominio de lo patológico.

El sedentario moderno, reacio al ejercicio físico, alejado de la vida natural y obligado por los artificios, excesos y agitaciones de la vida civilizada a un intenso desgaste de nervios, ha roto el equilibrio entre sus fuerzas orgánica. Es un desequilibrado nervioso muscular, un deformado, un enfermo.

La insuficiencia y atrofia del sistema muscular, reflejada por la fealdad de la forma y que afecta necesariamente a la larga todas las grandes funciones orgánicas (respiratoria, circulatoria, digestivas, metabólicas, nerviosas, endocrínicas), como también muchas neuropatías, son consecuencia de tal desequilibrio.

Ahora bien la educación física, acercándonos a la naturaleza, asemejándonos al tipo etalón, mejorando al animal, va mediante el ejercicio de las funciones neuromusculares, persiguiendo la armonía entre todos los aparatos y sistemas, el equilibrio de todas las funciones orgánicas y con ello, el retorno a la forma normal y bella.

El concepto de belleza está, pues, ligado íntimamente al de salud y la gracia de la línea, la viveza del gesto, el vigor y la soltura en la actitud, son el primer signo por que se revela al exterior el estado de salud.

Así como a fuerza de voluntad podemos, en cierta medida, embellecernos interiormente en el curso de la vida, así como el artista cincela el mármol con cariño y poco a poco hace surgir del bloque la gracia y la armonía, así deberíamos trabajar desde niños en corregir y modelar nuestro cuerpo en pos de un canon de belleza.

La influencia hermoseadora de la gimnasia sueca es innegable. Cuantos han seguido por algún tiempo el desarrollo de niños sometidos a un tratamiento gimnástico continuado y progresivo, han podido apreciarlo. Y no solo en niños y adolescentes pueden obtenerse modificaciones, también las experimentan los adultos más allá de los 25 años, en menor escala naturalmente. “La función hace el órgano” no es una frase sin sentido. Hay quien sostiene7.

Que esta capacidad morfogenética se conserva hasta una edad avanzada, alrededor de los 70 años, y que el lapso de unos 3 o 4 meses, consigue la gimnasia modificaciones no solo en el sistema muscular, sino en el esqueleto mismo.

Por nuestra parte, creemos que no conviene exagerar Nos parecen problemáticas tales modificaciones esqueléticas una vez terminado el período de desarrollo. La lenta evolución del esqueleto en el curso de las edades tiende a demostrarnos que solo al través de muchas generaciones podríamos influenciarles. Así las proporciones, según sabemos, no son modificables una vez terminado el crecimiento. En cambio, la forma, efecto más que todo del grado de desarrollo muscular, conserva cierta plasticidad en cualquier época de la vida y con mayor facilidad cuanto menor es la edad. Y notemos que esto parece probarnos que tales modificaciones no significan una adquisición de caracteres nuevos, sino simplemente un retorno al tipo normal, desviado por las condiciones artificiales de la vida moderna.

Desde el punto de vista de la forma, no de la proporción, la educación física es, pues, capaza de efectuar en un tiempo no muy largo una verdadera transformación del “exterior”, un embellecimiento del degenerado moderno.

No se nos ocultan, naturalmente, las dificultades a veces insubsanables de la práctica. Es lógico que a menudo no baste una hora diaria de gimnasia racional, para contrarrestar la forzada quietud y actitudes viciosas de todo el resto del día. Tal pasa en los escolares recluidos en salas nunca lo suficientemente aireadas y asoleadas, y que atentos e inmovilizados en sus pupitres, ven pasar esas horas de niñez y adolescencia en que sus tejidos, sitios de una intensa labor constructiva, requieren más que nunca la rica oxigenación y activa circulación que el ejercicio y el juego procura. Este, sabemos, es tan necesario e instintivo en el niño como en todos los animales jóvenes.

Más tarde, las condiciones actuales de la vida del universitario, el profesional, el oficinista, el empleado, el artista, el obrero, la mujer de trabajo, etc.; tampoco son mejores para obtener un perfeccionamiento de la forma. Hay, por otra parte, taras morfológicas familiares, legados de un largo pasado, que son difícilmente influenciables. Por último, hay que tomar también en cuenta a más del patrimonio hereditario, la participación de diversos factores patológicos, el medio, las costumbres, la alimentación, el género de trabajo, la edad y causas aún obscuras que hacen reaccionar en diferente grado a individuos sometidos a la acción de un mismo agente físico.

Sin embargo, aunque la lucha sea dura y los efectos tarden en aparecer, no debemos desalentarnos. La educación neuro-muscular, el mejoramiento y equilibrios funcional de todos los órganos –el sistema endocrino incluido–, el desarrollo de la voluntad y la energía, el mayor dominio de la máquina animal, la euforia, la alegría de vivir que de todo esto resulta son ya grandes beneficios “inmediatos” de la gimnasia científica.

Y de todos modos, por larga que sea la espera y cualesquiera que sean las dificultades, tenemos el deber, en la medida de nuestras pobres fuerzas, de mejorarnos, regenerarnos, ascender hacia un tipo ideal, sano, fuerte y bellos, elemento indispensable de una humanidad mejor y considerado tal vez, no como algo definitivo y fijo, sino como susceptible siempre de un mayor perfeccionamiento, como una cima que acaso jamás nos será dado alcanzar.

Esquema normal de una lección de gimnasia científica

Número de orden

Naturaleza de los ejercicios

Fin o efectos fisiológicos y psíquicos

Duración relativa

1

De orden y preparatorios;

a) formación y despliegue;

b) movimientos correctivos;

c) movimientos de cabeza;

d) movimientos de piernas;

e) movimientos de brazos;

f) movimientos de tronco;

g) movimientos rítmicos intercalados…

Los primeros ocupan una parte mínima de la lección; tienen por objeto arreglar convenientemente a los alumnos para que ejecuten sus movimientos sin molestar y sin molestarse. Los segundos forman, en conjunto una lección en miniatura de efecto poco intenso y destinado a desentorpecer los músculos y activar progresivamente la circulación y la respiración; preparar al niño para que haga con provecho los ejercicios siguientes; educar el ritmo y estimular el placer…

5’

2

Extensión dorsal

Corrigen las inflexiones exageradas de la columna vertebral, dando al cuerpo una actitud correcta, dilatan la caja torácica y permiten una inspiración profunda.

2’

3

Suspensión.

Adaptación de los miembros superiores para poder trepar. Ampliación más marcada del tórax. Combate el vértigo…

3’

4

Equilibrio

Disciplina el sistema nervioso y educa la musculatura a que siempre esté lista para restablecer el equilibrio apenas el centro de gravedad oscile. Combate el vértigo…

2’

5

Juegos

Efecto general violento sobre la respiración y la circulación. Efecto higiénico intenso. Estimula el placer, despierta la iniciativa y desarrolla la emulación sana por la competencia…

10’

6

Ejercicios de dorso y nuca…

Tiran los hombros atrás, abran el pecho, rectifican la columna dorsal. Efecto estético, considerable.

5’

7

Ejercicios abdominales.

Fortifican las paredes abdominales, evitan las hernias y previenen la obesidad. Los movimientos peristálticos se hacen enérgicos y las funciones digestivas más completas. Desde el punto de vista estético, la tonicidad de la musculatura se opone a la ensilladura lumbar

2’

8

Ejercicios laterales

Dan flexibilidad al tronco, desarrollan la independencia de los movimientos, la simetría y la coordinación…

2’

9

Marcha, trote, carreras…

Educación del ritmo. Efecto general violento sobre la circulación y la respiración. Endurece contra la fatiga y disciplina a la energía…

5’

10

Saltos…

Trabajo muscular intenso. Aplicación práctica del esfuerzo a trabajos utilitarios. Movimientos de velocidad y de retención. Estimulan el coraje y disciplinan la sangre fría…

10’

11

Ejercicios descongestionante

Ejercicios destinados a calmar las funciones del organismo y restablecer la circulación y la respiración a su estado normal

2’

12

Ejercicios

respiratorios

Tienen por objeto enseñar a respirar y a evitar las sofocaciones y las palpitaciones del corazón. Estos ejercicios se ejecutarán cada vez que el profesor note cansancio en sus alumnos…

2’

Importar tabla

La gimnasia y las prácticas

Atléticas y deportivas

Necesario es conocer la evolución somática y funcional del hombre para poderse referir con propiedad a las variadas práctica atléticas y deportivas. Quien argumente al margen de este previo conocimiento en lo que a estas prácticas se refiere, se coloca, sin duda alguna, en un terreno aparente y absolutamente falso.

Las diversas etapas de la vida humana, la infancia hasta los doce años: la adolescencia, de los doce a los quince: la juventud y madurez, de los quince a los dieciocho y la edad adulta, de completo desarrollo. A los veinticinco nos señalan distintas estructuras óseas y musculares, como asimismo, diferentes fenómenos de la vida fisiológica y psíquica. Este hecho nos lleva, naturalmente, a la diferenciación obligada de las prácticas corporales. Debemos respetar estas distintas etapas de la vida –si es que pudiéramos precisarlas bien– para evitar prematuras y perniciosas deformaciones en los individuos de las generaciones venideras.

Según esto, la graduación de las prácticas físicas se impone:

En la infancia, los juegos, educativos y espontáneos sin mayores marcos, hacen la característica de una clase de gimnasia. La clase está amoldada al desarrollo orgánico y al espíritu del niño.

La adolescencia formaliza un poco la clase: ejercicios más ordenados, se conservan los juegos educativos, pero con mayor intensidad. Esta edad resiste acciones musculares cortas, jamás prolongadas: de ahí que tengan su introducción las carreras cortas de velocidad, diferentes juegos de pelota, las luchas de tracción, etc. Los ejercicios de resistencia son descartados en absoluto durante la adolescencia.

En la juventud, los ejercicios gimnásticos se complican más y más, son ya intensos y pueden practicarse con esmerada reglamentación, el fútbol, los saltos, las carreras, etc.

A los dieciocho y veinte años, las pruebas atléticas y deportivas alcanzan su completo desarrollo, el sistema óseo, muscular y nervioso, han llegado a su más o menos completo desenvolvimiento. Estas prácticas bien dosificadas y completadas no envuelven peligros graves para el individuo, en todo caso, la gimnasia sigue y deberá continuar siendo su base.

La gimnasia, como forma de entrenamiento, tiene su importancia inmensa para el atleta y el deportista. Puede decirse que es la forma más científica y completa de entrenamiento o preparación de los músculos y de los órganos.

Bien se ha comprobado que todo ejercicio que se prolonga mucho tiempo, origina una auto-intoxicación del organismo y que esta auto-intoxicación produce una serie de modificaciones anatómicas y químicas de los tejidos. La fatiga y la sofocación que se experimenta después de una fuerte prueba atlética o deportiva no es otra cosa que el efecto del envenenamiento del cuerpo por sus propias toxinas. Sentado este hecho, surge la necesidad de procurar al cuerpo las formas más convenientes para volver al organismo a su estado normal, es decir facilitarle la expulsión de estos venenos acumulados en gran cantidad con el trabajo y combustión orgánica.

El adiestramiento intensivo o preparación metódica, ascendente, de los músculos y de los órganos, debe existir para el deportista o el atleta, porque la fatiga pequeña tiende a elevar el poder nervioso y muscular del individuo. La gimnasia, con sus ejercicios graduados y numerosos, pone a los músculos en actividad creciente.

Procura, pues, el adiestramiento conveniente para las pruebas atléticas y deportivas.

Por otra parte, la preparación del cuerpo no conviene perderla. Es, en cambio, perjudicial por las reacciones de carácter nutritivo y circulatorio que esta suspensión ocasiona tales como los trastornos digestivos y congestiones sanguíneas.

La gimnasia, en síntesis, por las cortísimas consideraciones que anteceden si es el medio racional de formación anatómica y funcional del hombre, es también la base segura de las fuertes pruebas atléticas y deportivas.

Evitemos graves daños a nuestro organismo con la práctica de la gimnasia metódica, racional y científica.

Directorio y socios del Club de

Gimnasia Científica

Presidente honorario don

Joaquín Cabezas

Director

Guillermo Martínez Pérez

“ “

Óscar N. García

Presidente efectivo

José Parras Castillo

Vicepresidente

Víctor Julio Seguel

Secretario

Humberto Días Vera

Guillermo Palma (Deleg. del C. B)

Tesorero

Armando Trujillo

Director

Emilio Morales C.

Carlos Guillén (Deleg. del C. A)

Fernando Venegas (Deleg. del C. A)

Jorge Poirier (Deleg. C. B)

Oscar Zahi Bastarse (Delg. C.C)

José A. Labarca (Deleg C. C)

Importar tabla

CURSO A (profesor Emilio Morales Corbet)

1.- don Augusto Cabeza

2.- Santiago La Fuente

3.- Rafael Gil. G

4.- Rafael Latorre

5.- Armando Trujillo

6.- Carlos Arancibia

7.- Arturo González

8.- Humberto Espinoza

9.- Ramón Carvacho

10.- don Manuel Villalobos

11.- Enrique Soto

12.- Juan Betingane

13.- Carlos Guillén

14.- Gumercindo Tapia

15.- Francisco Fuentes

16.- Luis Flores

17.- Teodoro Werth

18.- Gabriel Morales

19.- don Ricardo Vilches

20.- Ciriaco Badiola

21.- José Salas

22.- Pedro Vidal

23.- Eduardo Venegas

24.- José López Santa María

25.- Eduardo Valdivieso

26.- Segundo Florit

27.- don Estanislao Pérez

28.- Fernando Venegas

29.- Juan Duque

30.- Humberto Laciart

31.- Joaquín Soler Casanova

32.- Valentín Alcalde Ituarte

33.- Agustín Garcés Gana

34.- Antonio Antezana M.

35.- Gabriel Loyola S.

CURSO B (Prof. J. PORRAS CASTILLO)

36. don Jorge Poirier

37. Aquiles Catalán

38. Víctor San Román

39. José Ponce de León

40. Hernán Zanetía Lueje

41. Amador Jáuregui C.

42. Alfredo Cordero Castro

43. Roberto Chenevery W.

44. Ruperto Santos Díaz

45 Juan Ponce de León

46. Juan Gughskni Urzúa

47. César Alcalde Mateo

48. Alberto Tassara T.

49. Augusto González S.

50. Carlos Rojas Cádiz

51. Francisco Juillet Culan

52. Diego Pozo Cerda

53. Germán Estévez Arrué

54. don Jorge Caballero G.

55. Juan de Dios Rivera

56. Eduardo Pinilla G.

57. Laín Diez Kaiser

58. Enrique Ponce de León

59. Fredy Freiburghans H.

60. Juan Pagola L.

61. Arnaldo Pagola L.

62. Ernesto Aracena C.

63. Alfredo Díaz

64. Guillermo Palma

65. José M. Drully

66. Marcelo Silva T.

67. Héctor Hoyl G.

68. Alfonso Palma Villegas

69. Fredy Ourtridge

70. León Rubio Bórquez

CURSO C. (PROF. H. DIAZ VERA)

71. don Renato Reyes Riquelme

72. Pedro Nolasco Acuña

73.- Isidoro Gutiérrez

74. Eneas Gonel Morales

75. Luis García Quezada

76. Omar Pabst Yáñez

77. Ramón Rojas Orellana

78. Carlos Lavandero G.

79. José A. Labarca

80. don Alberto Ulloa C.

81. Daniel Ayala Vera

82. Oscar Zarhi Batarse

83. Humberto Arellano Celis

84. Marcos Arellano Celis

85. Gregorio Jarpa B.

86. Armando Urrutia Muñoz

87. Elías Thumala Dacoret

88. don Pedro Magnere Ovalle

89. Pedro Cossarde Pocheèn

90. Jheriberto Álvarez A.

91. Augusto Cheyre T.

92. Guillermo Moreno F.

93. Francisco Aguilera M.

94. Domingo Yáñez S.

95. Osvaldo Donoso Castro

96. Vicente Lecaros Garcés

97. Edmundo Maillard C.

98. don Víctor Bianchi Gundian

99. Luis Cañón Raby

100. Hernán Bravo C.

101. Arturo Aldunate P.

102. José M. Bezanilla

103. José Silva Semir

104. Alberto Ariztía B.

Estatutos del Club de Gimnasia Científica

De la fundación y objeto.

Art. 1.° Fúndase en Santiago de Chile, el 6 de Julio de 1924, el Club de Gimnasia Científica, que tiene por objeto:

Patrocinar la gimnasia científica, entendiendo por tal el sistema sueco de Ling.

Fomentar la práctica de esta rama de la educación física por los medios que las circunstancias determinen.

De los socios

Art. 2.° El club será formado por socios activos, pasivos y cooperadores.

Son socios activos, los que practiquen gimnasia y estén al día en el pago de sus cuotas;

Pasivos, lo que dejen de cumplir con las obligaciones que importan los estatutos, y

Cooperadores, los socios que ayuden al club con una cantidad no inferior a seis pesos ($ 6.00) anuales y los que presten sus servicios profesionales.

Art. 3. ° Serán socios fundadores los que ingresen hasta el 31 de agosto de 1924.

Art. 4.° Los socios no fundadores deberán ser aceptados por el directorio.

Del directorio

Art. 5.° El club será dirigido y administrado por un directorio compuesto por cinco miembros elegidos en asamblea, por un delegado de cada curso, por el director de cada rama deportiva, y por dos delegados de los estudiantes de gimnasia del Instituto Superior de Educación Física, debiendo ser, uno de los cursos femeninos y otro de los cursos masculinos.

Art. 6.° La mesa, compuesta por un presidente, de un vicepresidente, dos secretarios y un tesorero, será designada por la asamblea

Art. 7.° El directorio durará un año en funciones y sus miembros podrán ser reelegidos.

Art. 8.° Son atribuciones del directorio:

Tomar las medidas que crea conveniente para asegurar la buena marcha del club;

Fijar el monto y la forma que deban pagarse las cuotas;

Formar las comisiones para que lo ayuden en sus funciones;

Aceptar o rechazar socios;

Celebrar sesiones ordinarias a lo menos una vez al mes.

Del presidente

Art. 9.° El presidente es el representante del club, tiene la supervigilancia de todos los cursos y secciones que se establezcan, y es presidente de todas las comisiones.

Art. 10.° Son atribuciones del presidente:

Presidir las sesiones de directorio y asamblea;

Convocar sesiones;

Comunicar a la asamblea los acuerdos del directorio;

Firmar las comunicaciones y documentos en unión del secretario respectivo;

Autorizar la inversión de los fondos acordados por el directorio o la asamblea;

Sin el acuerdo anterior, el presidente podrá girar hasta por una cantidad que fije el asamblea;

Presentar al término de sus funciones una memoria sobre la labor realizada durante el año.

Del vicepresidente

Art. 11.º El vicepresidente tiene la obligación de ayudar al presidente en el desempeño de sus funciones, y de reemplazarlo cuando este no pudiese o no le sea dable desempeñar su cargo.

De los secretarios.

Art. 12.º Habrá un secretario de actas y uno de correspondencia.

Art. 13.º Son obligaciones del secretario de actas;

Llevar al día los libros de actas del directorio y asamblea;

Firmar las actas una vez aprobadas en unión del presidente;

Llevar el registro de socios del club.

Art. 14.º Son obligaciones del secretario de correspondencia;

Tener a su cargo la correspondencia y citaciones;

Guardar los documentos del club y dejar copia de las comunicaciones que se dirijan, las cuales deberán firmar conjuntamente con el presidente;

Hacer en la prensa las publicaciones que sean necesarias para la buena marcha de la Institución.

Del tesorero

Art. 15.º Son obligaciones del tesorero;

Percibir las entradas del club y llevar la contabilidad;

Hacer los pagos decretados por el presidente;

Archivar todos los documentos que se relacionan con la tesorería;

Dar cuenta mensualmente de las entradas y salidas habidas durante el mes;

Presentar la lista de socios que se refiere el art. 2.°;

Hacer un balance anual que será incluido en la memoria que debe presentar el presidente.

De la asamblea

Art. 16.º La asamblea general está compuesta por los socios activos y cooperadores.

Art. 17.º Son atribuciones de la asamblea;

Elegir los cinco miembros de la mesa directiva a que se refiere el Art 5.°;

Ratificar los acuerdos del directorio;

Fiscalizar los actos del directorio y la mesa directiva dentro de las facultades que los estatutos confieren;

Pronunciarse de la reforma de los estatutos.

Disposiciones generales

Art. 18.º Estarán sometidos a reglamentos especiales.

El funcionamiento de los cursos de gimnasia y ramas deportivas;

Las elecciones de mesa directiva, delegados de curso y directores de ramas deportivas;

Las sesiones de directorio y asamblea; y

La tesorería

Art. 19.º La reforma de estos estatutos solicitadas por cualquier socio debe ser aprobada por las dos terceras partes de los socios asistentes a la sesión citada especialmente.

Art. 20.º Estos estatutos empezarán regir desde su aprobación por la asamblea general.

Fueron aprobados el 20 de julio de 1924

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El club de gimnasia científica. Santiago, Imprenta El Esfuerzo, 1926

Notas

1 Publicación de la conmemoración del segundo aniversario del Club de Gimnasia Científica, fundado en Santiago en 1924.
2 Allí, el gusto por los ejercicios físicos y musculares dio un espacio para la configuración de un sujeto social caracterizado por el sportman.
3 Originalmente publicados el 20 de julio de 1924 y reformado el 29 de noviembre de 1927.
4 Tanto Joaquín Cabezas, Ruth Kock, Guillermo Martínez –miembros fundadores del club– habrían ya constituido en 1923 la Comisión Nacional de Educación Física a pedido del Ministerio de Instrucción Pública.
5 Se ha priorizado la transcripción del documento de manera literal. De tal manera que, las faltas de cierre de comillas, acentos, puntos finales o errores ortográficos se entienden como parte propia del documento original. Así mismo, se consideró una transcripción completa de la conmemoración del segundo aniversario del club, comprendiendo que el espíritu y carácter misceláneo de la publicación, es en gran medida el aporte y valor en sí, del documento.
6 Entiéndase que me refiero a la belleza en el sentido helénico, que considera por sobre todo el conjunto y las proporciones que no se limita a los rasgos del rostro.
7 Francis Heckel –culture physique– París, 1913.
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